Se llama Sonny Bill Williams, es internacional con los All Blacks de Nueva Zelanda y juega en la posición de centro en el equipo de rugby de los Auckland Blues. Hasta ahí todo normal. Pero lo verdaderamente extraordinario de este jugador es que ha conseguido una cláusula en su contrato que le permite ocultar en la camiseta —colocando un simple trozo de tela— cualquier publicidad sobre bancos o empresas dedicadas a la venta de alcohol o a las apuestas.
¿Por qué Sonny —SBW, como también es conocido por las iniciales de su nombre— no quiere dar publicidad a estas empresas? Muy sencillo: por motivos religiosos. SBW abrazó el Islam en 2011, tras recuperarse de su adicción al alcohol, y desde entonces se ha convertido en un ferviente musulmán. De ahí que se niegue a dar pábulo a cuestiones relacionadas con el alcohol o las apuestas.
Y, tras alegar la "objeción de conciencia", ha conseguido una cláusula en su contrato con los Auckland Blues —equipo de la Super Rugby neozelandesa— que le permite llevar una camiseta distinta al resto de sus compañeros, sin publicidad. "Williams ha decidido que no quiere portar en su camiseta ninguna publicidad sobre bancos o empresas que se dediquen a la venta de alcohol o al juego", ha explicado la Federación Neozelandesa de Rugby (NZR, por sus siglas en inglés) en un comunicado, por lo que el jugador, de 31 años, logra que en su equipación no se vean los logos del banco BNZ —Bank of New Zealand— o de la empresa especializada en servicios financieros Investec, que son patrocinadores de la Super Rugby.