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Peter Sagan hace historia en Bergen con su tercer mundial consecutivo

La selección española no estuvo delante en los momentos decisivos de la carrera.

La selección española no estuvo delante en los momentos decisivos de la carrera.
Victoria de Sagan sobre Kristoff en el Mundial de Bergen. | EFE

Peter Sagan ha vuelto a escribir su nombre con letras de oro en el ciclismo. El eslovaco, tras su victoria de hoy en la prueba en línea del mundial de Bergen, se ha convertido en el primer ciclista de la historia en enfundarse el maillot arcoiris tres años de manera consecutiva. Tres mundiales y tres continentes, Richmond (EEUU) en 2015, Doha (Catar) en 2016, y este año en Bergen (Noruega).

El campeón de esta edición se une así al selecto grupo que cuenta en su palmarés con tres títulos del mundo en ruta, aunque sólo Sagan de manera consecutiva: Óscar Freire, Eddy Merckx, Rik Van Steenbergen y Alfredo Binda.

Era previsible una carrera así. Exigente por la distancia y el nivel de los corredores pero no por el recorrido. La gente rápida debía pasar sin problemas el repecho de Salmon Hill, y las selecciones de los hombres rápidos podían controlar la prueba si se lo proponían.

España cumplió su papel en los primeros compases, y llegó con sus opciones intactas a la última vuelta del recorrido, donde empezó a jugarse el título de verdad. Los 240 kilómetros previos, que se dice pronto, sólo sirvieron para desgastar las piernas del pelotón.

El último giro se convirtió en un campo de batalla, en el que la selección española desapareció del mapa. El francés Julian Alaphilippe fue el que desató las hostilidades en el repecho final, pero todas las escaramuzas por evitar el final al sprint fueron en vano.

Un grupo de 30 corredores se jugó las medallas al sprint, y ahí el eslovaco Peter Sagan, después de 267 kilómetros, tiene un punto extra con respecto a sus rivales. Se buscó la vida para colocarse en en los últimos metros sin compañeros como sólo el sabe, y puso sus piernas a funcionar imponiéndose, no sin dificultades, al noruego Alexander Kristoff. El bronce, a años luz para este tipo de llegadas, fue para el australiano Michael Matthews.

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