L D (EFE) Una semana después de caer en París contra la rusa Dinara Safina, la tenista francesa, actualmente cuarta del mundo, protagonizaba una ardua lucha contra la jugadora norteamericana, a la que frenaba en sus intenciones de enriquecer sus éxitos en la primera acometida del curso. La pasada campaña no fue especialmente fructífera para la raqueta californiana, que sólo pudo inscribir su nombre en Charleston y Varsovia. Lo contrario de Amelie, que compartió preponderancia con el tenis ruso.
Cinco éxitos disfrutó Mauresmo en 2004 - Berlín, Roma, Montreal, Linz y Filadelfia- que, sin embargo, deslució en los torneos de Gran Slam . En Amberes ha sumado su decimosexto título, pero a costa de un tremendo esfuerzo, en un duelo dominado por la contundencia en el intercambio de golpes de ambas tenistas.
La final disfrutó del equilibrio esperado entre dos jugadoras habituales en las grandes citas, sin secretos en su tenis y que alimentaban la relación de enfrentamientos particulares. En esto, la francesa estrecha las distancias con su adversaria, que había ganado cinco de los ocho duelos previos. Después de una clara superioridad de Williams, que había ganado los cinco primeros partidos, Mauresmo se adjudicó los más recientes, lo que animaba a sus expectativas (Varsovia, Berlín y Filadelfia).
Amberes prolongó la dinámica y la primera favorita se apuntó su cuarto triunfo particular después de un duelo intenso en el que la gala protagonizó una formidable reacción después de que la californiana se adjudicara la primera manga (6-4). Venus Williams carece de la regularidad que la disparó antaño hacia la cima del ránking. Y eso lo aprovechó Mauresmo, que rompió el saque de su adversaria sin que la temblara el pulso y equilibró la final. Fue una situación similar a la que vivió la norteamericana en las semifinales contra Anastasia Myskina, pero en esta ocasión no llegó su reacción. En el tercero, con Williams desorientada y Mauresmo plena de confianza, la francesa no desperdició la ocasión para apuntarse el triunfo.
Cinco éxitos disfrutó Mauresmo en 2004 - Berlín, Roma, Montreal, Linz y Filadelfia- que, sin embargo, deslució en los torneos de Gran Slam . En Amberes ha sumado su decimosexto título, pero a costa de un tremendo esfuerzo, en un duelo dominado por la contundencia en el intercambio de golpes de ambas tenistas.
La final disfrutó del equilibrio esperado entre dos jugadoras habituales en las grandes citas, sin secretos en su tenis y que alimentaban la relación de enfrentamientos particulares. En esto, la francesa estrecha las distancias con su adversaria, que había ganado cinco de los ocho duelos previos. Después de una clara superioridad de Williams, que había ganado los cinco primeros partidos, Mauresmo se adjudicó los más recientes, lo que animaba a sus expectativas (Varsovia, Berlín y Filadelfia).
Amberes prolongó la dinámica y la primera favorita se apuntó su cuarto triunfo particular después de un duelo intenso en el que la gala protagonizó una formidable reacción después de que la californiana se adjudicara la primera manga (6-4). Venus Williams carece de la regularidad que la disparó antaño hacia la cima del ránking. Y eso lo aprovechó Mauresmo, que rompió el saque de su adversaria sin que la temblara el pulso y equilibró la final. Fue una situación similar a la que vivió la norteamericana en las semifinales contra Anastasia Myskina, pero en esta ocasión no llegó su reacción. En el tercero, con Williams desorientada y Mauresmo plena de confianza, la francesa no desperdició la ocasión para apuntarse el triunfo.