El español Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1) ha marcado el mejor tiempo de unas pruebas de tres días en el circuito de Phillip Island, que van a estar centradas en los neumáticos, para evitar la situación que se produjo el pasado año, cuando por dos veces se tuvo que acortar la distancia del Gran Premio de Australia de MotoGP y dividirlo en dos partes.
Mucho más satisfecho que en los últimos entrenamientos realizados la pasada semana en el circuito malayo de Sepang concluyó el doble campeón del mundo español de MotoGP, que aventajó en más de tres décimas de segundo a su inmediato perseguidor, el británico Cal Crutchlow.
Los entrenamientos tuvieron una configuración muy particular y a ellos no han asistido todos los equipos de MotoGP. Este lunes estuvieron en pista los representantes de Yamaha, Repsol Honda y Ducati, por lo que a MotoGP se refiere, y las Kalex de Marc VDS y las Suter del equipo de Aspar en Moto2.
Con distancias cortas, todos los pilotos se emplearon en probar los diferentes compuestos de goma y de carcasa que les fue suministrando Bridgestone, para ir descartando los menos competitivos y así hasta probar hasta seis neumáticos distintos cada piloto, pero siempre a pocas vueltas.
La segunda jornada se incrementarán esas distancias con otros neumáticos y ya para el tercer y último día está previsto que todos los pilotos presentes realicen un simulacro de carrera para conocer el rendimiento y duración de los nuevos compuestos, algo parecido a lo que harán los pilotos de Moto2 presentes en Phillip Island.
Lorenzo marcó un registro final de 1:29.213, aún lejos del récord del circuito que él mismo ostenta en 1:27.899, pero dadas las condiciones climatológicas de la pista durante el primer día lo consideró un buen resultado, con más de tres décimas de segundo de ventaja sobre Crutchlow y la Ducati Desmosedici GP 14, cuyos responsables ya han anunciado que disputarán el campeonato del mundo en la modalidad Open.
La elección de Ducati de partir con la configuración Open les va a permitir disponer de 24 litros de gasolina, en lugar de los veinte de las MotoGP, además de tener un total de doce motores por los cinco que sólo pueden usar las MotoGP, merced al empleo de la centralita electrónica única que el fabricante italiano Magneti Marelli produce para la organización del campeonato del mundo.
Tras Lorenzo y Cruchtlow se situaron el italiano Valentino Rossi y el español Dani Pedrosa, quien acabó a poco más de cinco décimas de segundo del doble campeón del mundo.
