Llevas tiempo dándole vueltas al mismo asunto, tu viejo automóvil ya no da para más y ha llegado el momento de deshacerte de él. Por las mañanas, ponerlo en marcha se ha convertido en un suplicio, y una vez lo consigues, te obligas a no mirar para atrás para evitar ver la enorme nube negra que deja a su espalda.
El embrague cada vez está más duro y, cada noche, le preguntas a la almohada de dónde viene ese dolor que tienes en el brazo. Eso sin contar con el ruido que hace la suspensión cada vez que pasas un badén o la tristeza que te produce ver su lamentable aspecto cada vez que lo aparcas y te alejas de él. Aún así, sientes orgullo por tu vehículo pues lo consideras indestructible. Hasta que llega ese día fatídico, ese que pensabas jamás llegaría... y el coche se rompe, kaput.
Uno de los peores días de tu vida, no sólo por la mala fortuna de haberte quedado sin coche, una auténtica faena, sino también por el hecho de que tus expectativas de conseguir algún provecho por él se desvanecen. No obstante, aunque parezca un tarea harto complicada, con todas las opciones que hay hoy en día, vender un coche averiado y obtener un justo beneficio no es imposible. Para empezar, hay que descartar la clásica opción del desguace ya que esta, a pesar de las comodidades que ofrece, no nos reportará ganancia alguna. Si no estás convencido de ello, haz una búsqueda de desguaces en tu ciudad, compara los servicios ofrece cada uno y pregunta precios. Una vez hayas confirmado el poco dinero que podrás obtener por esta vía, planteate otras alternativas como las que te comentamos a continuación.
Si quieres vender un automóvil averiado y salir ganando en el intento es fundamental que conozcas el valor que tiene este en el mercado. Para ello, lo más recomendable es llevarlo a un tasador profesional, el cual examinará tu vehículo de forma minuciosa y podrá facilitarte el valor más próximo a su precio real. Pero también puedes hacer uso de las herramientas de tasación que abundan en la red, pero asegúrate de hacerlo con la de una empresa contrastada y con experiencia en el sector de los vehículos usados, si quieres obtener un valor más justo. Una vez sepas el precio que tiene tu coche, llega el momento de valorar otras opciones de venta.
Si partimos de la base de que no compensa arreglar la avería y, por tanto, el vehículo se va a vender con la avería, no debemos por ello renunciar a encontrar un particular interesado. Existen más personas de las que crees interesadas en tu coche, aunque este esté roto o no pueda circular, podemos encontrar desde mecánicos hasta particulares deseosos de hacerse con tu automóvil. Bien porque pretenden repararlo o porque buscan adquirir una económica fuente de piezas de repuesto para su vehículo.
Si eliges esta opción, el precio que obtengas por tu automóvil dependerá mucho de tus dotes para la negociación y, por supuesto, de cómo presentes el vehículo. Así pues, es muy importante que antes de realizar la venta limpies bien tu coche por dentro y por fuera y restaures todos los desperfectos que puedas, realizando el menor gasto posible. De esta manera, el comprador obtendrá una mejor impresión de tu automóvil y podrás pedir más dinero por él.
La otra opción y con la que muy posiblemente obtendrás mucho mayor rentabilidad por tu coche es vender las piezas del mismo. Aunque pueda parecer una locura, es exactamente lo mismo que hacen los desguaces, y si alguna vez te has acercado a alguno verás que es un suculento negocio. Así pues, ¿por qué no podemos hacer nosotros lo mismo? A través de internet podremos anunciar las piezas y localizar a los compradores. ¿Así de fácil? Por desgracia no.
Es evidente que para hacer esto debemos tener algún conocimiento de mecánica o que alguien, que sí los tenga, nos ayude. Y por supuesto, necesitaremos un garaje o almacén para ir guardando las piezas que queremos vender. Como estas dos alternativas requieren tiempo y esfuerzo por nuestra parte, una última opción es realizar una búsqueda completa en internet de empresas que compren vehículos averiados y ver qué encontramos... Lo mismo hay suerte.