Los números de Ricky Rubio últimamente no son precisamente todo lo buenos que se podía esperar del base español y menos, si se comparan con los logrados en sus dos primeras temporadas en la NBA. Su promedio actual es de 8,6 puntos y un 34,6 por ciento de acierto en el tiro. El propio jugador de los Timverwolves reconoce su bajón físico.
"Voy a ser sincero. No me siento cómodo en la cancha", explicó a Associated Press, tras el entrenamiento del jueves. "No estoy siendo yo mismo y el equipo lo está notando. Tengo que volver a ser el que era. Trabajo para ello. Es algo que he perdido. Es duro para mí", reconoció.
"Es baloncesto y me gusta, pero no me estoy divirtiendo como solía hacerlo. Sé que hay que ser profesional. Pero, simplemente, quiero divertirme y es difícil hacerlo en este momento. Me gustaría ser un líder, pero predicando con el ejemplo. Así es como soy y así es como he jugado siempre. Pero no me siento cómodo y es difícil ser ese líder. Es algo que debo recuperar, rompiéndome el culo y aportando energía en cada partido", añade.
Ricky Rubio admite ser el culpable de esta racha: "Me gusta la presión, pero cuando las cosas no van bien es difícil manejar al equipo y asumirlo uno mismos. Es algo que he perdido y que debo recuperar. Tal vez me culpabilizo en exceso cuando el equipo no juega bien. Es culpa mía y debo encontrar la solución".
Asimismo, reconoce que le está afectando en el ámbito personal. "Después de un mal partido, regreso a casa y no puedo dormir. Solo espero al día siguiente para entrenarme y olvidar las malas sensaciones. Uno tiene la sensación de no ser lo suficientemente bueno y ese tipo de cosas", explica.