Sthepen Curry y sus Warriors se llevan un merecido anillo tras tumbar a unos Cavs que lo dieron todo hasta el final. 40 años después, el equipo de la Bahía de San Francisco levanta el título de campeón.
Andre Iguodala, que volvió a aparecer cuando su equipo más lo necesitaba tanto en defensa como en ataque, y que puede considerarse el auténtico factor X de esta final, se llevó, por sorpresa, el trofeo del MVP (Jugador más valioso de la final). Iguodala, que llegó a pedir el traspaso por su escaso protagonismo durante la temporada, aportó oficio, experiencia y muchísimos intangibles además de su buen hacer ofensivo y defensivo.
Los Golden State Warriors, que fueron el mejor equipo de la Regular Season, han tenido todo de cara en los Play-Offs para llevarse el título. Un equipo que juega de memoria liderado por un Curry que resucitó al tercer día para quedarse y dar auténticas clases magistrales de baile de claqué, dirigido por un técnico novato -el 7º que consigue el título de campeón en su estreno en la NBA-, Steve Kerr que supo darle la vuelta a la eliminatoria cuando peor lo tenía su equipo -con 1-2 abajo se sacó de la manga un Small Ball que ha sido clave para aumentar el ritmo de juego y 'matar' físicamente a unos Cavaliers que llegaron justísimos de gasolina-.
Importantísimos fueron Draymond Greene, que se creció jugando de cinco -hoy completó un triple doble con 16 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias-, y el ya citado Andre 'factor X' Iguodala -hoy sumó 25 puntos, 2 robos de balón y un +14 de los Warriors con él en pista-.
No podemos olvidarnos de la segunda unidad con David Lee, Shaun Livingston, y Leandrinho Barbosa que aparecieron en diferentes momentos de la serie para insuflar aire fresco a su equipo...Hasta Festus Ezeli se agigantó y mostró oficio bajo tableros.
Incluso tuvieron la suerte del campeón: Jrue Holiday, Mike Conley, Patrick Beverley y Kyrie Irving K.O. Todos los bases titulares rivales de los 4 equipos a los que se enfrentaron en esta post temporada, cayeron lesionados. Sin mostrar su verdadero nivel en un partido completo en estas finales, tan sólo pinceladas de su verdadero potencial, han conseguido, sin sufrir demasiado, el anillo.
Tan sólo dos puntos negros en el equipo de Oakland. Andrew Bogut, desapareció con el small ball de los planes de Kerr, pero ya antes estaba siendo triturado en la pintura y no era ese ancla referente para parar penetraciones y conseguir distribuir el juego en ataque desde la bombilla. Decepcionante su final como la de Klay Thomspon, el fusil M8 californiano se quedó encasquillado contra los Cavs, exceptuando un partido.
El triunfo de los Warriors es también el triunfo de una filosofía. De un juego de fantasía en ataque mezclado con hambre e intensidad en defensa. Una sinfonía coral delicatesem para la vista, pero también, muy efectiva. Y es que, estos Warriors han conjugado bondad y estética. Forman realmente un equipo.
Con la llegada de Steve Kerr, han dado relieve a su formas huecas de antaño, ‘postureos’ muy entretenidos a los que les faltaba la intensidad y la consistencia defensiva imprescindibles para aspirar a las cotas más altas. Aquellos fuegos de artificio y tracas vistosas han evolucionado del estado gaseoso al sólido. Y todo ello sin ceder la identidad lúdica de un grupo inclinado a divertir a la gente.
En ataque, tanto estático como de contraataque, son el mejor equipo de la Liga. Aún sin juego interior, los Warriors mueven el balón, hacen dobles bloqueos y siempre suelen encontrar buenas posiciones de tiro para sus metralletas. Gracias a la intensidad defensiva, muestran el juego que más les gusta: transiciones a toda pastilla que terminan martilleando a rival.
El partido de hoy deja momentos -1º y 3º cuarto- en los que los pupilos de Kerr mostraron su verdadero potencial. Una sinfonía que es orgasmo puro para la vista en la que el balón pasa de mano en mano hasta encontrar la mejor opción de tiro. A pesar del buen inicio de los Cavaliers, los Warriors se van al final del primer cuarto con 13 arriba (15-28) tras dar 11 asistencias en las 12 canastas conseguidas.
Es verdad que en el segundo cuarto la casta de LeBron y sus escuderos puso a los Cavs a tan sólo dos puntos en el descanso (43-45). Los muchachos de Golden State enfriaron sus muñecas y firmaron un 27% de acierto en el segundo acto. Cargando el juego en la pintura con Mozgov y sobre todo Tristan 'La Roca' Thompson -15 puntos y 13 rebotes-. los Cavs se metieron de lleno en el partido.
Pero estos Warriors, que hoy salieron relajados y se dejaron en casa la mochila con las piedras de la ansiedad, los nervios y la presión, volvieron a mostrar sus mejores virtudes en un tercer cuarto en el que Iguodala dio un master tanto en defensa -volvió a secar a LeBron- como en ataque, y junto a Sthepen 'la bailarina de claqué¡ Curry-25 puntos y 8 asistencias con gotas de magia pura- y Draymond Greene, martilleó a unos Cavs que, a pesar de su inferioridad, dio la cara hasta el final.
Con Blatt recuperando su pareja interior, Mozgov -Thompson, buscó anestesiar el ritmo de partido, embarrarlo de nuevo, y por momentos lo consiguió el bueno de David, pero las fuerzas eran tan escasas, que en defensa sus gladiadores llegaban tarde a las ayudas y a puntear los tiros rivales.
A los Warriors les costó cerrar el partido -como en el tenis, es lo más difícil sobre todo si tienes un equipo lleno de gente inexperta e imberbe-, pero al final consiguió, merecidamente, ganar el anillo en casa de un LeBron James que demostró en estas finales que es el mejor jugador del mundo -ojo a sus números en la serie: 35.8puntos, 13.3 rebotes y 8.8 asistencias de media por partido, destrozando récords individuales -hoy superó la barrera de los 5000 puntos en las finales NBA-, pero que tan sólo suma 2 anillos en 6 finales disputadas.
Encomiable esfuerzo del equipo del estado de Ohio, que con una rotación cortísima -7 hombres y medio, lo que queda de Mike Miller-, dieron toda la guerra que les dejó su físico -terminaron exhaustos-, y que mucho hicieron con los mimbres que les quedaban tras las lesiones de Kevin Love y Kyrie Irving.
El próximo año, con más experiencia, liberando 15 millones de masa salarial de David Lee, y con el grueso del grupo con contrato en vigor, los Warriors volverán a dar que hablar, y sobre todo, harán las delicias del paladar del aficionado. LeBron, que espera contar con la ayuda de Irving y Love, querrá resarcirse.