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NBA

Arranca una NBA con el mismo número de españoles que compiten por la Euroliga

Diez españoles jugarán este año en Estados Unidos, los mismos que en toda la Euroliga. Durant en los Warriors, el gran atractivo.

Diez españoles jugarán este año en Estados Unidos, los mismos que en toda la Euroliga. Durant en los Warriors, el gran atractivo.
Nba

Pau y Marc Gasol, José Manuel Calderón, Ricky Rubio, Serge Ibaka, Nikola Mirotic, Álex Abrines, Sergio Rodríguez, y los hermanos Hernangómez, Juancho y Willy, conforman la histórica lista de diez españoles que, por primera vez en la historia, jugarán en una misma temporada en la NBA, que arranca la próxima madrugada con el estreno del vigente campeón, los Cleveland Cavaliers de LeBron James ante los New York Knicks, cuya camiseta defenderá el mayor de los Hernangómez, tras su paso por el Real Madrid.

Es ese un dato este que demuestra luces en el momento de forma presente del baloncesto español, tapando las sombras que generan otros. Sin ir más lejos, la misma cifra de españoles juegan la Euroliga esta temporada, dato como poco llamativo al compararlo con la NBA. Aunque seguramente el hecho realmente más preocupante sea el que sólo un 32% de españoles jueguen este curso en la Liga Endesa. El pasado más cercano del baloncesto patrio ha sido boyante, y el presente sigue brillando con luz propia. Pero el futuro es una preocupación más que razonable, y cada vez más palpable en diferentes sectores de opinión.

Problemas nacionales aparte, la NBA 2016/17 se presenta apasionante. Tras el casi cinematográfico final del curso anterior, con la remontada de los Cleveland Cavaliers en la final ante los Warriors, lo que viene por delante será una lucha encarnizada focalizada entre dos estilos casi radicalmente opuestos, a los que varios subalternos, outsiders como dirían al otro lado del Atlántico, opositarán a sumarse. El bien y el mal, el yin y el yang, el poderío físico contra la imaginación más absoluta. Quédense con el lado que prefieran como su favorito, pero prepárense a gozar de nuevo con el Mariscal LeBron James al mando de los Cavs, y con esa conjunción sideral de asesinos del aro rival que se han juntado en la Bahía de San Francisco, donde Stephen Curry, Kevin Durant y Klay Thompson formarán el mejor perímetro jamás visto en la historia de la liga. Y a ello unan el valor seguro que siempre son los Spurs, donde Pau Gasol agotará sus opciones de un tercer anillo, y una legión de candidatos a asaltar el puesto de los dos finalistas del pasado mes de junio. Todo ello, sazonado con una organización modélica, una repercusión global inigualable, que generan un impacto descomunal sobre jóvenes y veteranos. Y es que la NBA es, sin duda, la mejor competición del planeta Tierra. En cualquier deporte.

La gran duda a estas alturas es cómo será capaz Steve Kerr de hacer jugar al citado trío de los Warriors. Durant, Curry y Thompson formarán una amenaza exterior nunca conocida, rodeada de lugartenientes de primer nivel, desde el polivalente y polémico Draymond Green, hasta el resucitado Shaun Livingston, pasando por obreros que han reducido su sueldo en busca del ansiado anillo, como los refuerzos interiores David West y Zaza Pachulia. Sumen a Andre Iguodala, ex estrella en los Sixers o Nuggets, MVP de la final de hace dos cursos, y tendrán un plantel memorable en el que la baja del australiano Andrew Bogut en la pintura es el principal punto de incertidumbre, pero no entraban todos si se quería fichar a Durant. Los Warriors, tras su increíble récord del año pasado, cuando enamoraron a medio mundo, perdieron una final que dejó una honda cicatriz en Stephen Curry, superado por los Cavs sin discusión, especialmente en la parcela de su rendimiento individual. Este curso volverán a ser imparables la inmensa mayoría de los días, arrasarán rivales sin remisión posible, pero deberán mostrar cuando llegue la hora de la verdad que han aprendido de los errores del pasado. Y para entonces, Kevin Durant, acaso el mayor anotador del globo actualmente, se habrá debido acoplar perfectamente a una maquinaria que sólo chirrió hace un curso cuando menos debía hacerlo.

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Kevin Durant y Stephen Curry, la pareja letal de los Warriors. | Cordon Press

Ver a los de la bahía con Durant es un aliciente por sí solo, pero no lo es menos volver a testar el potencial que se mantiene en Ohio con los Cavaliers. Su bloque es el mismo del año pasado, y sólo han llegado retoques de calidad, como Mike Dunleavy o Chris Andersen, a buen seguro recomendación directa del propio LeBron tras coincidir ambos en Miami. Los de Tyronn Lue son archifavoritos en el Este, donde se hace difícil imaginar que nadie les quite el puesto en la pelea por el anillo. El punto de madurez del rey de Akron, testado como nunca en las pasadas finales, es un salvoconducto casi por sí mismo para asegurar tal favoritismo.

El Oeste, sin embargo, es otra película, especialmente por los Spurs. En el año 1 después de Duncan, posiblemente pocos sustitutos mejores para la leyenda de Islas Vírgenes se pueden imaginar que Pau Gasol. El de Sant Boi, ya con 36 años, llega a un equipo que juega de memoria, donde se adaptará seguro, y que aúna la experiencia de los Parker o Ginóbili, con la madurez de una estrella interior como LaMarcus Aldridge, y el crecimiento desorbitado de un MVP en potencia, Kawhi Leonard, el hombre de las manos gigantes. Dirigidos por el magistral Gregg Popovich, a poco que el físico no sea un problema, los Spurs serán sin duda una competencia feroz para los Warriors. Por cierto, que ambos debutarán en la primera noche enfrentándose. No está mal para calibrar potenciales.

¿A dónde llegarán los Thunder tras la salida de Durant? ¿Se le verán las costuras a Westbrook como líder único o explotará como serio candidato al MVP? ¿Será por fin el año en que los Clippers sean algo más que aspirantes? ¿Logrará al fin crecer Minnesota, y lo hará con Ricky Rubio al timón? ¿Siguen siendo Memphis y Dallas aspirantes a casi todo, o su mejor momento ya pasó? Y los Lakers… ¿Dejará de hacer el ridículo una franquicia tan potente? ¿Cómo asumirán los Chicago Bulls la salida de Pau Gasol, ahora que llega un estrellón como Dwayne Wade a sus filas? ¿Logrará Jason Kidd canalizar toda la ingente cantidad de joven talento físico de sus Milwaukee Bucks en un equipo realmente competitivo? Esas son apenas algunas de las muchas preguntas que generará el juego que a partir de la 1:30h de la madrugada española del miércoles, con el Cavs-Knicks que abrirá las hostilidades, volverá a poner al baloncesto en el primerísimo plano mediático a nivel global.

Y en todo caso, si se es más de lo patrio, tampoco faltan excusas para trasnochar. Disfrutar de dos compatriotas superestrellas de la liga, como los hermanos Gasol, no va a seguir ocurriendo toda la vida. Será interesante ver lo que es capaz de hacer José Calderón en estos Lakers decrépitos que Luke Walton tratará de enderezar en su estreno como entrenador jefe, como habrá que seguir con mucho detenimiento el paso adelante que deberán dar nombres como Niko Mirotic en Chicago, Serge Ibaka, fichado en Orlando, y muy especialmente un Ricky Rubio que no puede seguir eternamente estancado, y que a sus 26 años todavía tiene tiempo de sobra para enderezar su muñeca. Y por supuesto, especial atención a los nuevos. A Willy Hernangómez en los Knicks, cuyo mandamás deportivo, el gurú Phil Jackson, le comparó con Luis Scola. A su hermano Juancho en los Nuggets, después de que su entrenador, Mike Malone, dijera que le gusta por lo duro que juega, como si fuera un "semental salvaje". Y a Álex Abrines en una de las franquicias que genera dudas ante lo que se avecina. Y es que los Thunder pueden ser un buen sitio para que el balear se haga un hueco entre los mejores del mundo, si recupera la confianza que pareció perder en sus últimas temporadas en Barcelona. Confianza que parece la que le sobra a Sergio Rodríguez en su regreso a Estados Unidos, sobradamente preparado para ejercer el liderazgo desde el base de los Philadelphia 76ers.

Tras la lluvia de millones del verano, la NBA ha vuelto a dar otro giro de tuerca para dominar el mundo. Un espectáculo descomunal que dispondrá este año la mayor legión española de siempre y un duelo en las alturas que focalizará el interés en cualquier rincón. Prepárense a disfrutar.

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