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Paraguay se despide de Alemania con una digna victoria que anuló las opciones de Trinidad y Tobago (2-0)

Sin apenas mejorar la imagen mostrada en los dos partidos anteriores que había disputado, Paraguay ha firmado una salida digna del Mundial de Alemania con una victoria ante Trindad y Tobago, para evitar así acabar como última del Grupo B. El exceso de entusiasmo de los trinitenses les costó caro. Un gol de Sancho en propia puerta les ponía con los pies de nuevo en la tierra y Cuevas cerró la cuenta para los suramericanos en la recta final del encuentro.

Sin apenas mejorar la imagen mostrada en los dos partidos anteriores que había disputado, Paraguay ha firmado una salida digna del Mundial de Alemania con una victoria ante Trindad y Tobago, para evitar así acabar como última del Grupo B. El exceso de entusiasmo de los trinitenses les costó caro. Un gol de Sancho en propia puerta les ponía con los pies de nuevo en la tierra y Cuevas cerró la cuenta para los suramericanos en la recta final del encuentro.

L D (EFE) Trinidad y Tobago se agarró de lleno a la esperanza matemática. Una situación no excesivamente envidiable. Especialmente porque su futuro no dependía de sí mismo. Estaba también en manos del triunfo de Inglaterra sobre Suecia. Pero al menos el panorama era más ilusionante que el de Paraguay, sólo incentivado por lograr un triunfo honroso para culminar un ciclo que incluye el adiós anunciado de los zagueros Carlos Gamarra y Denis Caniza y del centrocampista Roberto Acuña.

El cuadro de Leo Beenhakker, que hizo una puesta fuerte hacia el ataque con la inclusión de un tercer delantero, Cornell Glen, junto a John Stern y el veterano Dwight Yorke, salió a todo trapo. Mantuvo el tipo Paraguay ante la marabunta caribeña. De hecho, tanto furor se volvió en su contra y las ocasiones del conjunto sudamericano no tardaron en llegar. A los dos minutos Roque Santa Cruz remató de cabeza una falta que obligó al meta Kelvin Jack a ejecutar su primera acción notable.

Una presencia inesperada, la del meta del Dundee escocés en lugar del veterano Shaka Hislop, una de las estrellas en el torneo del equipo centroamericano. Jack estuvo a la altura en momentos puntuales. Estuvo especialmente atento dado el adelantamiento de líneas que estableció Beenhakker y que obligó al portero a arriesgar fuera de su área. Sobre todo cuando evitó que un centro de Acuña se convirtiera en un mano a mano con Roque Santa Cruz.

En pleno vaivén y a un ritmo endiablado, la ocasión fue para Trinidad y Tobago. Partió de las botas de Yorke, el atacante jubilado que el preparador holandés recuperó para el fútbol y para la causa de su país. Casi todas las acciones pasan por las botas de este jugador sin equipo, que consumía su talento en el Sydney de Australia. Y el servicio, rematado por Cornell Glen terminó desviado por Aldo Bobadilla, que poco después contempló como se marchaba excesivamente alto un disparo de Aurtis Whitley.

Paraguay tiró de experiencia y terminó por aplacar el ritmo y a manejar el partido. Su peligro llegaba a balón parado, con Santa Cruz como destino. En una de esas sacó petróleo el cuadro guaraní. Cerca de la media hora y con el choque sin dueño, Acuña botó una falta al área, remató Julio Dos Santos y tropezó en el zaguero caribeño Sancho, que llevó el balón a su propia portería. Aníbal Ruiz "El Maño" no pudo evitar el sobresalto. La euforia de alegría. Huele a despedida para él este choque final del Mundial. Y como saldo para cuentas pendientes se llenó de algarabía. Beenhakker, mientras, reaccionó. Cambió inmediatamente a un punta. Sentó a Avery John y dio entrada a Kenwyne Jones. No fue rentable. Sobre todo porque la lesión de Glen, minutos después, le obligó a sacar a Evans Wise.

La vuelta de vestuarios, el marcador y los contratiempos no aplacaron el entusiasmo caribeño, que tocó zafarrancho para empezar. Abusó de la rapidez de Edwars, sin marcador. Pero sus escarceos y sus centros no encontraron nunca destino. No mejoró Paraguay, a expensas del rival y amparada sólo por el desgaste físico paulatino que padeció Trinidad, que sólo se encomendó ya al acierto de tiros lejanos. La entrada de Russell Latapy supuso un desahogo para sus compañeros. Le dio vivacidad el futbolista del Southampton, rápido, muy vertical y con el punto de tiro a portería. Pero le falta gol a Trinidad. El que encontró Nelson Cuevas a cinco minutos del final, tras culminar una pared con Santa Cruz, para sentenciar el partido.

Ficha técnica del partido

Paraguay, 2: Bobadilla, Cáceres (Manzur, m.75), Gamarra, Caniza (Da Silva, m.90), Núñez; Barreto, Acuña, Paredes, Dos Santos, Santa Cruz y Valdez (Cuevas, m.65)
Trinidad y Tobago, 0: Kelvin Jack, Avery John (Kenwyne Jones, m.31), Brent Sancho, Lawrence, Edwards, Birchall, Whitley (Latapy, m.66), Theobald; Glen (Wise, m.41), John y Yorke

Goles: 1-0, m.25: Sancho, en propia puerta; 2-0, m.85: Cuevas
Árbitro: Cristiano Copelli (ITA). Mostró tarjeta amarilla a Paredes y Dos Santos, de Paraguay y Sancho y Whitley de Trinidad Tobago
Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada del Grupo B de la primera fase del Mundial 2006 disputado en el Fritz-Walter Stadium de Kaiserslautern ante unos 46.000 espectadores. Lleno absoluto.

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