Sólo su falta de acierto en el remate puede explicar que Portugal se fuera al descanso con un gol en contra: el equipo de Carlos Queiroz desperdició media docena de ocasiones claras para haber resuelto el partido, pero no lo hizo. Pasado el primer cuarto de hora, Portugal ya se había hecho dueño del balón. De las botas de Deco salieron las mejores jugadas portuguesas, como un excelente pase a Cristiano Ronaldo, en el minuto 12, que éste finalizó con un tiro flojo que paró Andersen. La jugada retrató al jugador del Real Madrid, que acorde con su rendimiento habitual con su selección, dejó una actuación mediocre, con un par de ocasiones erradas, algún tiro lejano y un exceso de individualismo y de "piscinazos".
No mucho más inspirado estuvo Simao, que falló un gol cantado, solo ante el portero. Tampoco el árbitro ayudó demasiado: un pase de Cristiano dentro del área rebotó en la mano de Christensen, pero ante la indignación de los jugadores y del banquillo luso, el colegiado no indicó nada. Y un minuto después la desgracia portuguesa se completó con un centro al área que Bendtner, quien pudo cometer falta previa sobre un defensa, bajó con el pecho y transformó en un misil imparable.
Tras el descanso, Queiroz quiso poner remedio a la sequía colocando al recién nacionalizado Liedson junto a Cristiano y retrasando a Simao a la banda, pero no se notó demasiado, incluso Dinamarca empezó a sentirse más a gusto. Sin noticias de Cristiano, Portugal se enredó en disputas inútiles por la frustración. Aun así, el equipo de Queiroz siguió tirando a la basura oportunidades, pero ni con cuatro delanteros parecía capaz de marcar. Hasta que Liedson remató de cabeza a gol un córner a cuatro minutos del final. Colgada del larguero, Dinamarca aguantó y se llevó un punto que la mantiene líder y la acerca más a Sudáfrica.
A Francia, que necesitaba una victoria para recortar distancia respecto a la primera del grupo 7, Serbia, le pudo la presión. La selección gala empató (1-1) ante Rumanía y se sitúa a cuatro puntos de la cabeza. Raymond Domenech sorprendió con la ausencia en el once de Ribéry, mientras que en la delantera apostó por la dupla formada por Anelka y Henry, con Benzema en el banquillo.
Tras una primera parte muy floja, Francia quiso salir más 'enchufada' en la segunda mitad y pronto se adelantó en el marcador, gracias a un tanto de Henry. Sin embargo, la reacción del combinado francés fue un espejismo, y poco tiempo después, en el minuto 56 un gol de Escudé en propia puerta devolvió las tablas en el marcador.
Con Rumanía crecida, los pupilos de Domenech fueron incapaces de hacerse con el control del partido. Con este empate, Francia se complica su presencia en el Mundial, manteniéndose como segunda de grupo a cuatro puntos de Serbia, a falta de tan sólo tres encuentros, por lo que el partido del próximo miércoles ante los serbios se prevé como un duelo a vida o muerte.
Con estas actuaciones, la segunda parte del encuentro fue, cuanto menos, curiosa después de las pocas acciones reseñables que tuvo el primer tiempo, que dijo muy poco a favor de los actuales campeones del mundo. Tras el descanso, el choque concedió, además, otros momentos de emoción con dos ataques de Georgia, que creó otras tantas ocasiones de gol, aunque sus artífices resultaron estar en fuera de juego y que Buffon logró despejar.
Georgia, que tan sólo ha logrado tres puntos en esta fase de clasificación y que se encuentra última del grupo, inició el partido con un juego agresivo con el que forzaron al conjunto italiano a jugar a la defensiva. Entre los titulares elegidos por el seleccionador de Georgia, el argentino Héctor Cúper, llamó la atención su apuesta por Ananidze, de tan sólo 16 años. Tras esta victoria, Italia suma 3 nuevos puntos y ya tiene 17, que le otorgan una mayor confianza y tranquilidad ante el partido del miércoles frente a Bulgaria.