El estadio de Anoeta acogía este lunes el partido que cerraba la octava jornada de Liga, entre la Real Sociedad y el Deportivo de La Coruña, en un duelo de urgencias entre dos equipos que buscaban los tres puntos para salir del pozo. Se los acabó llevando el conjunto donostiarra gracias a los tantos de Joseba Llorente, Antoine Griezmann y Agirretxe.
A los 72 minutos, Griezmann remataba de cabeza un servicio de Xabi Prieto y hacía subir el 2-0 al marcador. Era el primer gol del joven jugador francés en Primera División. Ya había anunciado que tenía preparada una celebración especial para cuando consiguiera mojar en la categoría de oro del fútbol español, y cumplió.
Ni corto ni perezoso, el francés se subió junto a otros compañeros al coche publicitario que había situado en la pista de atletismo en Anoeta. Él se puso al volante, que movió sin cesar.
"Estoy muy contento por la victoria y por el gol", decía el centrocampista borgoñés, de 19 años, al final del partido. "Lo tenía preparado junto a otros compañeros. Habíamos quedado en que me abriesen el coche y allí hemos ido. Me gusta celebrar los goles de forma distinta y esta vez lo había pensado así. La próxima vez no sé qué haré, pero lo importante es que marquemos y ganemos", añadía.
El único inconveniente es que el árbitro Paradas Romero le mostró la tarjeta amarilla al centrocampista por su curiosa celebración, mientras que los compañeros salieron impunes.
Lo curioso de toda esta historia es que Griezmann suele acudir a Zubieta –donde entrena la Real Sociedad– en el vehículo de algún compañero, por lo que se sospecha que aún no tiene carné de conducir. Pero, tras lo visto el lunes por la noche en Anoeta, seguro que está ansioso por sacárselo.