Horacio Zeballos vive sus horas más felices desde que entrara en el circuito de tenis, después de imponerse en la final de Viña del Mar, Chile, al español Rafa Nadal, quien regresaba a las pistas tras su larga lesión. Por eso, no es de extrañar que el argentino no dejara de mostrar su efusividad tanto en rueda de prensa como a través de Twitter.
"Alguien que me despierte, qué sensación tan hermosa, no caigo", fueron sus primeras palabras, para asegurar poco después "qué alegría tan inmensa, primer título, contra uno de los jugadores más grandes de la historia. Que no termine este día".
A la mañana siguiente, poco antes de partir hacia Sao Paulo, donde podría volver a enfrentarse al mallrquín, escribió en Twitter "Chau Viña. Qué semanita me regalaste. Ayer necesité 7 u 8 horas más en ese día. Alegría inmensa. Recuerdos de por vida".
Y sobra Rafa Nadal, después de señalar poco antes de medirse a él que estaba "preparándome para enfrentar a Dios en la cancha de tenis" que "Y Dios me perdonó. Libre de pecados ya confesado".