El suizo Roger Federer ha ganado por decimosexta vez al español David Ferrer (6-3, 1-6 y 6-2) para ganar el Masters 1000 de Cincinnati por sexta vez y lograr su tercer título de la temporada y el número 80 de su carrera. El helvético, que nunca ha perdido con Ferrer, tardó una hora y 41 minutos en sacar adelante su octava final del año, de las que ha perdido cinco.
El triunfo en Cincinnati, que suma a Halle y Dubai en 2014, es su vigésimo segundo título en un Masters 1000, cinco menos que el español Rafael Nadal, que es el jugador que más tiene.
Después de caer esta temporada en tres finales de Masters 1000 (Indian Wells, Montecarlo y, el domingo pasado, Toronto), el suizo se presentaba ante un rival batallador como Ferru con el peligro de una nueva decepción. Sin embargo, el recital de golpes de la leyenda suiza apareció para darle una victoria, la sexta en seis finales, con la que llegar con tres títulos este año al US Open, que arranca el próximo 25 de agosto.
La temporada de Ferrer está cayendo en períodos irregulares, pero las dos últimas semanas no son el caso. El alicantino ha mostrado su carácter de gladiador pero ha topado con su bestia negra. En la final de este domingo, Federer tomaba la delantera con un primer parcial casi perfecto y en el cual aprovechó los primeros errores de su rival para ponerse por delante. Un break en el octavo juego con el que se dejó la manga en bandeja.
El de Jávea no tiró la toalla y aún superando un primer juego del segundo set en el que el suizo rozó el break, comenzó poniéndose por delante. Ferrer rompía el saque de su rival en el segundo juego y lo volvía a hacer en el cuarto. Con un 0-4 a su favor, el tenista español empató el partido finalmente y se dispuso al asalto en el parcial definitivo.
Sin embargo, el bajón del suizo con su saque quedó atrás. El ex número uno del mundo se apoyó en su servicio y aprovechó de nuevo el primer despiste de Ferrer. En el cuarto juego, el de Basilea lograba un break vital con el que caminó impasible hacia la victoria. Ferru volvía a tropezar en la misma piedra, que en caso de Federer se trata de una montaña, a pesar de lo cual sale con la cabeza alta por un gran torneo que le enseña hasta dónde puede llegar. Eso sí, el segundo Masters del español tendrá que esperar.