Después de una vida deportiva plagada de éxitos, María Sharapova huele estos días el perfume del fracaso. El escándalo desatado tras haber admitido su dopaje le ha hecho caer desde el cielo al infierno de manera brutal. Después de conseguir lo más difícil, coronarse como reina del tenis mundial con un comportamiento modélico, la rusa siente la crueldad del rechazo. Mucho más complicado de encajar tras degustar día a día la gloria. Una sex symbol con una tremenda belleza natural, que mezclada con su esfuerzo, su calidad y esos gemidos tras golpear una bola, la convirtieron en un icono no solo del tenis femenino, también del mundo publicitario.
Con 17 años se convirtió en la segunda tenista más joven en ganar Wimbledon. Entrenar, entrenar y entrenar... Una mentalidad muy fuerte para no distraerse. Llegar no es tan difícil como mantenerse. Tras Wimbledon, llegarían cuatro Grand Slam más. Por el primer torneo se embolsaría 1,2 millones de dólares y, a partir de ahí, todo lo que toca Maria se convierte en oro.
Hoy, con 28 años, ocupa el puesto 27 de la lista Forbes de los deportistas mejor pagados del mundo con 29,7 millones de euros, muy cerca de Neymar o Rafa Nadal, y el puesto 89 entre las cien personas más ricas del mundo según esta lista.
Maria, ese mirlo blanco que con tan solo 6 años descubrió Martina Navratilova, se transformó en un imperial cisne que da un toque dorado a todo lo que le rodea. Además de sus ingresos deportivos, Sharapova se convirtió en un tremendo filón publicitario. Por sus cinco coronas ingresó más de 7,5 millones de euros en nueve años. Las principales marcas publicitarias se la rifan.
Las marcas le dan la espalda
Tras el positivo por dopaje en el Abierto de Australia, han sido muchas las marcas que han decidido dejarla de lado. La primera fue Nike. Con la marca deportiva renovó su galáctico contrato en el 2010. Por él cobraría 70 millones de dólares hasta el 2018. Ahora, su patrocinador de cabecera ha decidido no continuar. "Decidimos suspender nuestra relación con Maria mientras la investigación continúe", dijo la marca estadounidense.
La marca de relojes TAG Heuer también ha cancelado la renovación de su relación comercial, hasta el punto de eliminar todos los contenidos de la tenista que mantenía en su página web.
Porsche, que tiene a Sharapova como embajadora publicitaria, también ha decidido suspender todo acto con su imagen. "Hemos decidido posponer las actividades planeadas", señaló la marca alemana de coches de lujo. American Express, Samsung, Head, Evian, Tiffany o Avon mantienen entre interrogantes su vínculo con la tenista ante el temor de que el positivo pueda afectar a sus ventas.
Si tenemos en cuenta los ingresos del 2015 -de los 29 millones de dólares, tan solo 5,7 provienen de títulos deportivos mientras los 23 restantes llegaron de publicidad- María podrían llegar a perder cerca de 25 millones de euros anuales por su positivo.
Futuro económico asegurado
Los ingresos que ha ganado durante su carrera le avalan un futuro tranquilo. La tenista rusa tiene un patrimonio estimado en 275 millones de dólares. Entre el 2008 y el 2009, pasó nueve meses fuera de las pistas por una lesión de hombro. Aprovechó ese tiempo para invertir parte de su dinero en un negocio de gominolas. Lanzó su propia marca Sugarpova y promovió sus productos en los torneos en los que participaba.
Además, tiene parte de su fortuna invertida en bienes inmobiliarios y posee varios restaurantes en Moscú. Un equipo de fútbol americano, un perfume juvenil, una línea de moda llamada Maria Sharapova Seducción y hasta su propio vodka Pure Wondersharapova. Gracias a su madre, la gestora de todos los ingresos de Maria, el futuro económico de Sharapova está garantizado.