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Toral, el enésimo robo de un Wenger que continúa enfadando a los demás

Una vez más se repite la historia: el Arsenal ficha a un canterano, a poder ser del Barça, sin pagar nada antes de que cumpla los 16 años.

Hace unos días se confirmaba el fichaje de Joan Miquel Toral, cadete del Barcelona, por el Arsenal de Wenger; o, lo que viene siendo lo mismo, otro "robo" más de los gunners en la cantera del Barcelona. Y decimos "robo" porque, si bien no se ha hecho nada que vaya contra la ley, sí se ha rozado, una vez más, la ilegalidad y, sobre todo, se ha faltado al honor de los clubes que trabajan con la formación de los jóvenes.

"Legalmente no han hecho nada mal, pero es un poco inmoral; no nos gustan los clubes que vienen y se llevan un futbolista ofreciéndoles dinero justo antes de cumplir los 16 años. Hay dos filosofías, una es formar a los jugadores desde pequeños, y la otra es pescarlos cuando aún tienen 15 años, como hace el Arsenal". Esas palabras, de Sandro Rosell, son el sentir de muchos conjuntos europeos para con el club londinense.

El caso es que el centrocampista, nacido en Cataluña y de madre inglesa, se ha marchado exactamente por el mismo procedimiento, o rendija legal, como quieran llamarlo, por el que se fue Cesc Fàbregas hace ya ocho años; esto es, con un cambio de residencia posible al ser menor de edad, ofreciéndoles ya un sueldo y ventajas en el contrato. Ante esto, el club no puede hacer absolutamente nada, excepto cobrar lo pertinente a los derechos de formación, aproximadamente unos 350.000 euros, posiblemente nada comparado con el precio por el que se podría valorar al joven futbolista.

Como decimos, no es la primera vez que así sucede. Más allá del famoso caso Fàbregas, en los últimos años esta política de fichajes ha proliferado en el quehacer del Arsenal, con su técnico, Arsène Wenger, al mando. Ignasi Miquel llegó a Londres de un modo similar hace ya tres temporadas, cuando apenas contaba con 15 años, al igual que Fran Mérida, que también cambió el el Barça por el Arsenal a la misma edad, aunque en esa ocasión los ingleses tuvieron que pagar unos tres millones.

No siempre le ha salido bien la jugada al técnico alsaciano. Hace años ya lo intentó con Nano, a quien el Barça consiguió retener con un sueldo elevadísimo para un futbolista de su edad, lo que provocó que el chico perdiera, literalmente, la cabeza y pasara de ser una de las mayores promesas del fútbol español a arrastrarse por los campos de Segunda y Segunda B. También lo intentó en Mallorca, con N'Sue y Carmona cuando ambos contaban con 16 años recién cumplidos, pero en ese caso prevaleció la voluntad de ambos futbolistas, que por diversos motivos prefirieron seguir en la isla antes que marcharse a Inglaterra.

De hecho, estos mismos días, el Arsenal abordó junto a Toral el fichaje también de Sergi Samper, otro cadete del Barça, pero en este caso el futbolista prefirió quedarse en Barcelona; si hubiera querido ir al Arsenal, se hubiera marchado, porque el club no puede hacer absolutamente nada ante esa situación (algo así como cuando se paga la cláusula, pero al menos en ese caso se recibe compensación económica), y eso es lo que ha provocado desde hace años tanto enfado y tanto malestar en el Barça, en España, y en Europa en genaral.

Porque no sólo en el club azulgrana ha pescado gratis y de malos modos Wenger. Otros futbolistas han llegado al Arsenal por el mismo método, como fue el caso de Bendtner, que abandonó Dinamarca con 16 años, Johan Djourou, que llegó a los gunners con 15 añitos, los mismos que tenía Armand Traore cuando abandonó el Mónaco, obviamente, como los demás, sin contraprestación alguna para el club, del mismo modo que el también francés Flamini, o el italiano Lupoli, que con 16 años cambió su domicilio en Parma por otro en Londres.

También fichajes millonarios

Por si fuera poco, cuando el equipo llega tarde, cuando ya no se puede acoger a la rendija legal del cambio de residencia, no duda un segundo en pagar cantidades astronómicas por esos jóvenes. Véase el caso de Theo Walcott, paradigma según el club de la cantera gunner en los últimos años pero por el que, sin embargo, se pagaron 17 millones al Southampton cuando tenía 16 años, o Ramsey, otro supuesto jugador formado en casa por el que se pagaron 7 millones al Cardiff con 17 años.

Es cierto que esta política ya no es criticable, o al menos no del mismo modo que los "robos", pero a lo que no deja dudas es al error que comete el club presumiendo de canteranos con estos fichajes. No tiene ni pies ni cabeza...

A Wenger no se le puede achacar que su equipo no juegue bien, desde luego; no hay duda de que es uno de los conjuntos que mejor fútbol practica en Europa, más allá, todo sea dicho, de que los gunners no han logrado ningún título desde 2005, lo que podría hacer pensar en una cierta sobrevalorarización del técnico, pero ese es otro debate.

Lo que sienta realmente mal al resto de clubes europeos son las formas. Sobre todo, cuando ficha a jóvenes jugadores de 15 años con un simple cambio de residencia, pero también cuando paga millonadas por ellos y luego presume de cantera.

Quizá, porque las cosas cambian, Wilshere sea quien encabece una camada de jugadores formados en casa; este centrocampista de 19 años, que ante el Barça demostró que es uno de los mayores talentos del fútbol británico, llegó al club con nueve años, y ahí es donde se ha pulido. Por él no se ha pagado una millonada con 17 años; ni, por descontado, ha sido robado con un cambio de domicilio cuando tenía 16. Este domingo el Arsenal tiene la oportunidad de lograr un título 6 años después, y será Wilshere, ante la ausencia de Fàbregas, quien llevará los galones del equipo. Él sí es un canterano de verdad. Y qué canterano.

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