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(21-04-03) Preocupación en China y Japón por el impacto de la neumonía atípica en sus economías

La neumonía atípica que se ha propagado principalmente en China, Hong Kong y algunos países del Sudeste Asiático y que ha acabado con la vida de más de 200 personas en todo el mundo está causando estragos en la economía de la región. China y Japón han empezado a hacer balance de los efectos de la epidemia en sus economías.

L D (EFE) Un comité de expertos del Banco de Japón (BoJ) ha advertido este lunes de los efectos que ya comienza a padecer la economía japonesa a raíz de la epidemia de neumonía atípica que se propaga rápidamente entre los países de Asia. En su reunión trimestral, el comité del BoJ estudió las consecuencias negativas de la neumonía atípica o Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, en inglés) sobre la economía japonesa, y anunció que la enfermedad está afectando a las exportaciones y a ciertos sectores como el turístico.

Los miembros del banco central destacaron el golpe que ha recibido la industria del turismo como consecuencia de la epidemia, cuyo impacto negativo "ha superado con creces" al de la guerra en Irak. Por otra parte, el BoJ indicó que la expansión de la neumonía atípica podría paralizar la recuperación económica japonesa, dependiente de las exportaciones, y sobre todo la de la región de Kansai, al oeste del país, cuyas exportaciones a los países asiáticos son superiores a las de otras regiones.

Los expertos mencionaron la reticencia actual de las empresas japonesas a ampliar sus negocios en Asia, así como su dificultad para ver el futuro de la economía ya que las caídas bursátiles y las incertidumbres sobre el SARS y sobre Irak están frenando la ligera recuperación registrada en la producción, las exportaciones y la inversión de capital.

Suspendidas las vacaciones del primero de mayo en China

Por su parte, los economistas chinos dicen no tener aún datos sobre el impacto de la enfermedad en el Producto Interior Bruto, aunque sí observan un descenso de la actividad económica en las calles de Pekín y de otras grandes ciudades de China. Centros comerciales vacíos, calles desiertas, restaurantes sin clientes, aeropuertos sin pasajeros y vuelos cancelados son las primeras consecuencias directas de la misteriosa enfermedad que se ha cobrado tan sólo en China la vida de 85 personas y ha registrado 1.959 infectados.

Una de las decisiones más importantes que ha tomado el Gobierno chino ha sido la suspensión de las vacaciones del primero de mayo, fiesta en la que los chinos se tomaban tradicionalmente una semana de descanso y viajaban a millones por todo el país. Según los economistas, esto supondrá un impacto considerable sobre la industria turística nacional, después de que la internacional ya se viera seriamente afectada, tras la cancelación de más de 200.000 reservas hoteleras para los próximos meses. Por su parte, Yiping Huang, economista chino, declaró que China "podría perder su objetivo de crecimiento económico del 7,6 por ciento, cifra indispensable para mantener contenido el desempleo".

Otro de los sectores afectados por la epidemia es el de las ferias internacionales, congresos y espectáculos. La última feria de Cantón, donde se realiza el mayor intercambio comercial de todo el sudeste asiático, fue un desastre en cuanto a presencia internacional. Sin embargo, algunos analistas chinos consideran que con una población de 1.300 millones de habitantes, "infectarse de SARS es estadísticamente poco probable, que el turismo supone un tanto por ciento muy bajo en el total de la economía china y que la epidemia se extenderá por el país más lentamente que en Hong Kong".

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