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Asia-Pacífico liderará el crecimiento económico global en 2009

Los países de la región, excluido Japón, aumentarán su PIB un 6,7% de media. El Banco Mundial eleva su previsión de crecimiento para China hasta el 8,4%, pero reconoce el riesgo de burbuja en activos como bolsa y vivienda.

El PIB chino aumentará un 8,4% en 2009. Es más de lo previsto por el Gobierno gracias a los estímulos fiscales y monetarios que deberá ir retirando en 2010. Japón afronta este año su peor recesión desde la II Guerra Mundial, con el precio del dinero prácticamente gratis y deflación.

Sólo Camboya, Malasia, Tailandia y quizás Mongolia experimentarán este año un decrecimiento de su Producto Interior Bruto. Además, 14 millones de asiáticos orientales caerán este año en la extrema pobreza. Estas son algunas de las claves que recoge el informe semestral sobre Asia-Pacífico que ha elaborado el Banco Mundial.

La OCDE apuntó hace unos meses que Corea del Sur sería el primer país industrializado en abandonar esta crisis. Sus exportaciones han liderado la recuperación con un aumento del 65% desde los niveles mínimos registrados entre enero y febrero de este año.

Su capacidad para reinventarse en plena crisis mundial es envidiable. Hyundai, por ejemplo, ha logrado incrementar su cuota de mercado en EEUU. No es casualidad que sea un país asiático quien lidere la recuperación económica.

Sin embargo, gran parte de culpa la tiene China, el motor del crecimiento en Asia-Pacífico. Pekín mantiene su potencial importador prácticamente intacto en comparación con EEUU, Japón y Europa (los chinos, por cierto, también han superado a Alemania como primer exportador mundial).

“China también crecerá un 8,7% en 2010”, ha dicho esta mañana el economista jefe del Banco Mundial, Louis Kuijs. “Nos parece prematuro aún retirar abruptamente los estímulos económicos. Pero, al mismo tiempo, somos conscientes de que la inflación en bolsa y vivienda entraña riesgos para el crecimiento económico”, concluye. Para ello, apunta a que China debe subir tipos y aplicar una mayor "flexibilidad en el tipo de cambio".

Las bolsas asiáticas han subido un 60% en lo que va de año gracias, fundamentalmente, al aumento del crédito bancario. En China, los nuevos préstamos concedidos hasta septiembre equivalen a una tercera parte del PIB. Vietnam también ha experimentado un incremento sustancial de la liquidez y una corrección bursátil más que notable durante los últimos meses.

Australia, socio preferente de los dragones asiáticos, es la única economía que ha encarecido ya dos veces el precio del dinero subiendo los tipos de interés. Esta semana incrementó sus previsiones de crecimiento y la Reserva Federal del país oceánico ha reconocido ya su preocupación por las tensiones inflacionistas.

Japón afronta en 2009 su peor recesión desde la II Guerra Mundial (superior al -3%, según las previsiones oficiales). Los tipos de interés están fijados en el 0,1% y la deflación es persistente. La apreciación del yen frente al dólar está perjudicando a las exportaciones del país asiático y el consumo privado no termina de despegar.

Toda crisis es sinónimo de cambio. Y las economías asiáticas, que tradicionalmente presentan superávit en sus intercambios comerciales con el resto del mundo, deben acometer reformas estructurales a fin de consumir más y exportar menos.

El modelo no es sostenible si los países desarrollados siguen consumiendo por encima de sus posibilidades. Esta dinámica sólo conduciría hacia nuevas restricciones crediticias por impagos bancarios en EEUU, Europa o cualquier otro lugar. China, sin ir más lejos, debe permitir que sean los consumidores privados (y no el Estado) quienes aumenten su poder de decisión.    

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