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Asombrosas subvenciones al cine español y a la promoción del catalán en Baleares

¿Creían que ya lo sabían todo sobre las subvenciones al cine español? ¿Saben cómo llevan a los niños en Baleares a ver películas en catalán? Pasen y lean.

En relación con el cine español, la actividad industrial más subvencionada por todos los gobiernos que en España ha sido, son y serán, sabíamos que el trinque presupuestario se realizaba a través de las subvenciones directas concedidas por varios conceptos. Por ejemplo, hay subvenciones anuales para la elaboración de guiones, para la financiación de las películas, para la exhibición en las salas comerciales y para la participación de nuestras excelsas producciones en los distintos certámenes internacionales.

A eso hay que sumar, claro, el torrente caudaloso de fondos públicos que arriba a las costas guerracivilistas de nuestra cinematografía procedentes de las serranías presupuestarias de las distintas autonomías ¡y de la mayoría de ayuntamientos!, inmersos también en esta obscena competición por ver quién saluda con un fajo de billetes más grande la última chorrada conceptual del cejatero de turno.

Pues bien, la lectura del boletín oficial del estado en su edición de hoy nos sitúa ante una nueva línea de ayudas económicas para el cine español. Se trata de que el gobierno (o sea usted y yo), a través del Instituto de Crédito Oficial, se va a hacer cargo de una parte de los intereses de los préstamos que se conceden a nuestro séptimo arte, ya de por sí en condiciones muy ventajosas respecto a la banca comercial.

En total 3 millones de euros que los españoles vamos a poner de nuestro bolsillo, con el elevado propósito de que los cineastas no tengan que minorar las subvenciones que les damos por otras vías para pagar los intereses bancarios con que financian sus obras maestras.

En las Islas Baleares, por su parte, la miscelánea gubernativa presidida por un bizarro Francisco Antich también ayuda al cine, pero a su manera. En este caso se trata, colonialismo obliga, de promocionar la lengua del imperio, del catalán, claro, subvencionando a las salas cinematográficas que tengan la humorada de proyectar películas en la lengua de la metrópoli. Y para garantizar que haya algún espectador en estos cines, la convocatoria de subvenciones ofrece a los exhibidores la posibilidad de llevar a clases enteras de alumnos de centros educativos, que estando en horario escolar no tienen más remedio que acudir de la mano de sus profesores.

En total, 45.000 euros van a ser destinados a tan alto fin; una cantidad ridícula, sí, pero teniendo en cuenta el escasísimo entusiasmo que las películas dobladas al catalán despiertan entre el público en general, no digamos en el infantil, hasta es posible que quede algún dinero sobrante para trasvasarlo a otras líneas de subvención más prometedoras como ésta que les referimos a continuación.

Y es que el diario oficial de las Islas Baleares, también en su edición de hoy, convoca subvenciones para financiar a las distintas asociaciones que decidan realizar actividades que "contribuyan a la difusión y la promoción del uso social de la lengua catalana entre la población en general, autóctona y recién llegada (...)". Trescientos mil euros van a poner los ciudadanos baleares para la inmersión en el catalán de los autóctonos con mucho tiempo libre y los recién llegados sin ocupación conocida.

Las publicaciones en catalán también necesitan un empujoncito presupuestario para sobrevivir en la jungla castellanohablante, así que el Gobierno balear, sensible a las necesidades imperiosas de los ciudadanos que representa, anuncia hoy también en su boletín oficial una línea de ayudas, 125.000 euros, para aquellas revistas que se escriben íntegramente en catalán, algo muy necesario dado el escaso entusiasmo que parecen despertar esas publicaciones entre los lectores anónimos.

Y finalizamos rindiendo el adecuado homenaje a la comunidad campeona del despilfarro, al menos en términos cuantitativos. Una vez más, la Comunidad Valenciana se alza con el entorchado, al publicar hoy en su boletín una convocatoria de subvenciones para "realizar acciones de orientación profesional para el empleo y el autoempleo".

Ocho millones de euros -7.984.000 para ser exactos- que Camps se pule hoy de una sola tacada. El paro va a seguir subiendo y la comunidad levantina va estar aún más endeudada, pero al menos los "orientadores de empleo" en Valencia, Castellón y Alicante tienen ante ellos un futuro profesional esplendoroso. Algo es algo.

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