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Austria, ¿país candidato a entrar en los PIGS?

La crisis del Este de Europa golpea ya con fuerza al sistema financiero del centro de la UE. El Gobierno austríaco nacionalizó el pasado lunes su sexto banco más grande, el Hypo Group Alpe Adria. ¿La punta del iceberg? Su exposición crediticia a los países del Este roza el 80% del PIB.

La noticia saltó el pasado lunes. Austria nacionalizó su sexto banco más grande, el Hypo Group Alpe Adria (HGAA), filial del alemán BayernLB, por un precio simbólico de 3 euros, para evitar su quiebra. Se trata de la segunda nacionalización de un banco en Austria tras la del Kommunalkredit en noviembre de 2008, y se produce a pesar de que el Hypo recibiera el año pasado una ayuda estatal de 900 millones de euros.

Además, en medio de la actual crisis financiera, su principal propietario, el banco público bávaro Bayerische Landesbank (BayernLB), también le inyectó 700 millones de euros en ayudas del Estado de Baviera. Pero este otoño el Hypo anunció que sus pérdidas superaban los 1.000 millones de euros.

Según reconoció el ministro austríaco de Finanzas, Josef Pröll, dicha intervención ha originado la "situación más difícil" del sector bancario del país en las últimas décadas. No es de extrañar si la citada nacionalización se pone en perspectiva. El coste de la intervención será de unos 1.800 euros per cápita (habitante), según los cálculos iniciales del Gobierno.

La entidad posee 40.000 millones de euros en activos
. Una cuantía que, en ningún caso, es pequeña, más bien todo lo contrario. Se trata de una gran quiebra financiera, ya que si se mide en términos relativos de poder de paridad de compra, un HGAA en EEUU tendría unos activos por valor de 2,5 billones de dólares, mayor que cualquiera de los bancos estadounidenses.

La quiebra de la entidad responde a la enorme exposición crediticia que tiene el sistema financiero austriaco respecto a las economías emergentes de Europa del Este. En concreto, la exposición de la banca austríaca asciende a 290.000 millones de euros, mientras que el PIB de Austria es de 370.000 millones. Es decir, una exposición crediticia de alto riesgo equivalente al 78% del PIB nacional.

Adquirido en 2007 por el BayernLB, el Hypo tiene una fuerte presencia en numerosos países del sureste europeo, donde cuenta con una participación de mercado de entre el 10% y el 35%.

Y es que, Europa del Este atraviesa por una profunda crisis económica, financiera y presupuestaria desde que estalló la crisis internacional. Por ello, los analistas no descartan que la quiebra del HGAA sea tan sólo la punta del icerberg.

Por el momento, "se salvó la situación", resumió Pröll, al comentar la solución alcanzada a última hora para evitar la quiebra de esta entidad, que hubiera supuesto un auténtico desastre financiero para el pequeño país transalpino.

El BCE interviene

En las negociaciones intervino incluso, por teléfono, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, quien advirtió de que el Hypo es un banco relevante para el sistema europeo y su quiebra podría causar un "efecto dominó", informa Efe.

Por el momento, la creciente tensión que vive el sistema financiero austríaco está presionando a la baja tanto al euro, que ya cotiza por debajo del umbral de 1,45 dólares, como a las monedas de los países bálticos, que sufren una constante devaluación desde principios de 2008.

La nacionalización del HGAA pone de relieve la debilidad financiera del centro de Europa, muy expuesto a los países bálticos. El deterioro del capital bancario en países como Austria o la misma Alemania afecta de lleno al sistema financiero de la zona euro y, por lo tanto, a su futuro crecimiento económico.

De hecho, según los analistas de BNP Paribas, la caída de HGAA podría ser el menor de los problemas para el Gobierno austríaco. Erste Group y Raiffeisen, entre los bancos más importantes del país, todavía tienen que presentar cuantiosas pérdidas procedentes de sus filiales en Europa del Este.

Trampas contables

Hasta el momento, el fuerte deterioro de sus activos ha permanecido escondido bajo la alfombra de la contabilidad ficticia aplicada por Austria y otros países. Esto es, mantener en sus balances el precio de compra de sus activos fijos, sin contabilizar así la depreciación de los mismos para evitar el aumento de provisiones, y así entrar en pérdidas.

Por el momento, las autoridades monetarias austríacas ya han puesto bajo vigilancia al Oesterreichische Volksbanken, el cuarto mayor banco del país, temiendo que se convierta en la próxima víctima de la crisis crediticia. El pasado martes, un día después de la intervención del HGAA, los credit default swaps (seguro para protegerse de impagos) de la deuda pública austriaca subieron 8 puntos hasta los 81. Es decir, un inversor tendría que pagar 81.000 euros para asegurar una inversión de 10 millones en deuda soberana. Un día antes, el coste era de 71.000 euros.

Tras el temor de los inversores y agencias de calificación crediticia hacia Grecia, Irlanda e, incluso, España, algunos analistas, como Edward Hugh -de RGE Monitor-, se preguntan ya si Austria pasará a formar parte del privilegiado grupo de países denominado PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España). PIIGS, si incluimos a Irlanda.

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