LD (EFE) El presidente del grupo financiero español, Francisco González –que presentó ante la prensa los resultados y la operación mexicana–, aseguró que la compra del capital de Bancomer que aún no controla BBVA es una operación "estratégica" y un "movimiento táctico".
La compra de Bancomer podría no ser la única gran operación que realice el BBVA próximamente, pues sus dirigentes se mostraron este lunes dispuestos a realizar más compras, siempre que se aporte valor para el accionista y se mantenga la solvencia del grupo.
De momento, el BBVA lanzará una Oferta Pública de Adquisición (OPA) para hacerse con el 40,6 por ciento de la entidad mexicana que todavía no tiene en su poder, lo que le supondría un desembolso de 3.300 millones de euros si todos los accionistas aceptaran vender. Esta operación se financiará a través de una ampliación de capital que acometerá el BBVA, aunque una gran parte se pagará con los 1.400 millones de euros que el banco ha recaudado en los últimos meses con la venta de participaciones en Telefónica, Repsol e Iberdrola.
En los últimos tres meses BBVA redujo sustancialmente su participación en estas tres compañías. Actualmente, su participación en Telefónica se eleva al 5,05 por ciento, muy por debajo del 6,53 por ciento declarado a final de 2002 y del 5,28 por ciento que hace un año aseguraba que mantenía con "criterios de permanencia". Además, el banco vendió en 2003 un 2,83 por ciento de Repsol, quedándose sólo con el 5,32 por ciento, y un 3,83 por ciento de Iberdrola, manteniendo el 5,31 por ciento restante.
La entidad informó a la CNMV que pagará en efectivo 12 pesos por acción, lo que supone una prima del 13,7 por ciento sobre el precio de cierre de la última sesión. BBVA tiene intención de excluir al banco mexicano de bolsa una vez finalice la OPA.
Los "excelentes" resultados de 2003
El presidente del banco también habló sobre los resultados de la entidad, que a su juicio son "excelentes" y "extraordinarios", y aunque no alcanzan los obtenidos en 2001 –2.363 millones de euros–, sí les han permitido alzarse a las primeras posiciones por rentabilidad, solvencia y eficiencia en la banca europea, destacó González. A pesar de todo, la depreciación del dólar y de las divisas latinoamericanas –en algunos casos cercano al 40 por ciento– han lastrado la cuenta del grupo, ya que a tipos de cambio constantes el beneficio atribuido hubiera crecido un 42,7 por ciento respecto a 2002.
Todos los márgenes de la cuenta de resultados presentan recortes, desde el 13,7 por ciento del margen de intermediación, al 12,2 por ciento del margen de explotación. Es en la parte baja de la cuenta donde los resultados mejoran sustancialmente, debido a los 383 millones de euros que le aportan sus empresas participadas –el año 2002 fueron 33 millones– y a las menores provisiones y quebrantos extraordinarios –en 2002 destinó 427 millones a dotaciones extraordinarias–.
El presidente calificó de "excelente" el comportamiento en banca minorista, donde el grupo ganó 1.239 millones –un 2,1 por ciento menos– y de "importante" el resultado en América, donde el banco recabó 715 millones, sólo un 2,8 por ciento menos que en 2002, pese a las fuertes depreciaciones del dólar y las monedas locales.