El Pentágono anunció el jueves que la compañía Boeing, con el avión Boeing 767, es la adjudicataria del contrato para la renovación de la flota de aeronaves de reabastecimiento en vuelo de la Fuerza Aérea norteamericana, el denominado programa KC-X, que supondrá la compra de un total de 179 aparatos.
La compañía ha obtenido el contrato en detrimento de EADS. El contrato, valorado en unos 50.000 millones de dólares estadounidenses, unos 38.000 millones de euros, había sido adjudicado en dos ocasiones anteriores, la primera a la estadounidense Boeing y la segunda, en 2008, al consorcio formado por EADS y por la norteamericana Northrop Grumman.
El pasado 11 de febrero, Boeing y EADS, que ha concursado en esta ocasión en solitario tras la retirada de su socio Northrop Grumman, presentaron sus "mejores ofertas finales" (Best and final offer). El consorcio aeroespacial europeo rebajó en ese documento el precio final de su oferta, según informó el presidente de EADS Norteamérica, Ralph Crosby, en declaraciones al diario Wall Street Journal.
EADS se adjudicó este contrato en 2008 pero la compañía estadounidense Boeing decidió recurrir la adjudicación y la Oficina de Contabilidad del Gobierno estadounidense le dio la razón y decidió dar marcha atrás en la decisión del Pentágono.
Malas noticias para Getafe y Sevilla
La noticia no puede ser peor para la industria aeronáutica española. La factoría de Airbus de Getafe (Madrid) es la que transforma los A-330 en aviones cisterna, los llamados A--330 MRTT, acrónimo de Multi Role Tanker Transport. Si EADS se hubiese hecho con el contrato se barajaba ampliar esta fábrica.
Tampoco están de enhorabuena en la factoría de Airbus en Sevilla, donde se ensambla actualmente el A-400M. En la planta de Tablada se hace, asimismo, la pértiga del A-330 MRTT por la que discurre el combustible y permite el reabastecimiento a otro avión en pleno vuelo. En Sevilla se fabrican también los pilones que, bajo las alas, proporcionan otra variante para suministrar combustible en vuelo.