Esta panda de burócratas más que magníficamente pagados, que en toda su vida no han creado riqueza, aunque sí la han consumido de forma desmesurada, van a apagar el incendio con gasolina. Con el dinero de los contribuyentes van a jugar a los cochecitos, y por supuesto, mientras se mantengan las subvenciones, los fabricantes estarán encantados de fabricar automóviles aunque el mercado no tenga recursos para adquirirlos -de eso saben algo en Linares. Andalucía, Spain-. Lo que seguro no se les ocurre es reducir sus propios presupuestos, apretarse el cinturón como todos los demás y hacer desaparecer las subvenciones a tantos y tantos sectores que hacen de la Comunidad Económica Europea (CEE). una Entelequia Económica Europea (EEE).