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Bruselas quiere investigar fraudes estadísticos en los países europeos

La Comisión Europea ya no sabe si las cuentas públicas presentadas por los países comunitarios son reales o falsas. La ocultación estadística que ha realizado el Gobierno griego, ayudado por Goldman Sachs, pone a todos los estados miembros en el disparadero.

Bruselas quiere iniciar una campaña de auditorías en las finanzas públicas de los países europeos, especialmente de aquellos que presentan situaciones económicas preocupantes, con elevados déficits fiscales (los gastos son mayores que los ingresos).

El escándalo griego ha hecho saltar todas las alarmas en la Comisión Europea, que ha decidido presentar una propuesta legislativa para que la oficina estadística de la UE, Eurostat, compruebe la veracidad de los presupuestos presentados por los distintos países.

Esto supone una revolución en materia presupuestaria, ya que –si sale adelante esta iniciativa- la oficina estadística podrá exigir responsabilidades a los países que falseen sus cifras macroeconómicas, como ha ocurrido en el caso del Gobierno heleno.

Por lo que se refiere al caso de Grecia, los ministros de Economía de la UE han aprobado unas conclusiones en las que exigen al Gobierno de Atenas "que subsane con determinación las deficiencias de la capacidad administrativa y operativa que intervienen en la producción de estadísticas".

También piden a la Comisión que "proponga las medidas apropiadas para que el sistema estadístico griego se ajuste a los requisitos que establece la UE". Según el Ejecutivo comunitario "la calidad de las estadísticas fiscales griegas está sujeta a presiones políticas y ciclos electorales". Bruselas ya abrió otro procedimiento de infracción contra Grecia en 2004 por falsear las estadísticas para entrar en el euro, pero el expediente fracasó en su objetivo de corregir la situación.

Respecto a la propuesta legislativa presentada por la Comisión, el objetivo es dar a Eurostat poderes de auditoría, que reforzarán sustancialmente la capacidad de la UE para refutar la comunicación incorrecta de datos estadísticos", según el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, en un comunicado.

En todo caso, Rehn insiste en que "cada Estado miembro tiene la responsabilidad de enviar información fiable y exacta sobre sus presupuestos y finanzas públicas". "Ello es esencial para el funcionamiento de la eurozona y para la confianza mutua en la UE", según informa Europa Press.

Las nuevas normas impondrán visitas más frecuentes de funcionarios de Eurostat a los países sometidos a un procedimiento sancionador por déficit excesivo. De este modo, cuando haya dudas razonables sobre la exactitud de las cifras de déficit y deuda enviadas por un Gobierno a Bruselas, la oficina estadística podrá enviar a sus funcionarios al país en cuestión y revisar de primera mano los datos.

Además, los Estados miembros deberán dar a Eurostat la información que requiera para examinar la calidad de las estadísticas fiscales. El Ejecutivo comunitario ya reclamó estas competencias adicionales en 2004, precisamente cuando se descubrió que Grecia había falseado los datos para entrar en el euro. Pero las capitales rechazaron concedérselas.

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