El Oráculo de Omaha, como se le conoce a Warren Buffett, uno de los inversores más exitosos del mundo y CEO de la firma de inversión Berkshire Hathaway, vuelve a la carga con nuevas e interesantes apreciaciones sobre la coyuntura. Esta vez ha elegido como medio de expresión una columna de opinión en The New York Times, titulada “The Greenback Effect” (El efecto del billete verde).
En su columna, Buffett nos sorprende con algunos pronósticos realmente desoladores. Comienza recordando el fenómeno conocido como efecto mariposa, para advertir que ciertas acciones pueden generar consecuencias no proporcionales a esas acciones, pudiendo desencadenar efectos muy amplios.
Estas acciones serían las que están llevando a cabo las administraciones públicas norteamericanas, Gobierno Federal y Reserva Federal -aumento desproporcionado tanto de la base monetaria como de los déficit públicos (deuda) hasta niveles sin precedentes-, y las consecuencias podrían ser convertir a EEUU en una república bananera y el desplome del dólar.
No obstante, Buffett alaba tanto al Gobierno como a la FED por sus medidas agresivas, que, a su juicio, han evitado un colapso financiero de mayor magnitud. “El pasado otoño, nuestro sistema financiero estuvo al borde del colapso amenazando una depresión”, algo que no llegó porque, afortunadamente, la FED y las autoridades económicas respondieron con decisión y sensatez, opina Buffett.
“Ahora”, gracias a los estímulos y las intervenciones públicas, “la economía de EEUU está fuera de la sala de urgencias y parece estar en un lento camino hacia la recuperación”.
Pero a pesar de defender las medidas de las autoridades, no olvida la delicada situación que éstas han ocasionado a la economía: “Enormes dosis de medicina monetaria siguen siendo administradas y, antes que tarde, necesitaremos tratar con sus efectos secundarios”. De momento, reconoce que estos efectos son “invisibles y aun podrían permanecer latentes por un tiempo largo”, pero “su amenaza puede ser tan grave como la de la misma crisis financiera”.
Gráfico de la base monetaria, que ilustra la enorme “medicina monetaria” de la que habla Buffet:
Desde un punto de vista fiscal, las cosas no andan mejor. Así, alerta de los niveles sin precedentes históricos que ha alcanzado el ratio deuda pública respecto al PIB -alcanzando el 56% del PIB-, y detalla que durante este año fiscal la deuda neta aumentará en un punto porcentual cada mes, y el nivel del déficit público (13%), más del doble del récord anterior en tiempos de paz desde 1920.
A pesar de que hay países con cuentas públicas en peor estado como Japón o Italia, lanza una advertencia: “Nadie puede conocer el nivel exacto de deuda neta sobre el PIB al que los Estados Unidos perderán su reputación de integridad financiera. Pero sólo harán falta unos pocos años más como éste y lo averiguaremos”.
Semejantes desajustes en las finanzas públicas tienen sólo tres vías para subsanarse:
1. Pidiendo prestado a los extranjeros.
2. Pidiendo prestado a sus propios ciudadanos.
3. Imprimiendo dinero y generando inflación.
Según Buffett, el déficit es de dimensiones tan grandes que será necesario acudir a la tercera vía. Además, intuye que los legisladores no se atreverán a subir los impuestos o recortar los gastos porque eso amenazaría su reelección.
“Para evitar este destino”, afirma Buffett, “pueden optar por mayores altas de inflación” ya que, como dijo John Maynard Keynes, mediante la inflación los gobiernos pueden confiscar secreta y ocultamente una parte importante de la riqueza de sus ciudadanos.
De seguir este camino, el Oráculo de Omaha advierte que “las emisiones de dólares descontroladas causarán el hundimiento del poder adquisitivo de la moneda”, con lo que concluye que “el destino del dólar depende del Congreso”.
“El destino del dólar depende del Congreso”
Sin embargo, a pesar de su pronóstico del desplome del dólar si se continúa con las actuales medidas, no duda en afirmar que “nuestro problema más inmediato es que el país vuelva a caminar y prosperar”. Y sólo una vez que la economía se haya recuperado, el Congreso deberá contener el aumento de la deuda.
La postura de Warren Buffett, defendiendo medidas inflacionistas y de déficit público como respuesta a la crisis mientras advierte de los graves peligros y amenazas generados por estas mismas políticas, no ha tardado en ser criticada. Peter Schiff, presidente de la firma Euro Pacific Capital, quien dedicó unas palabras a la columna de Buffett.
Aunque concuerda con él en el futuro del dólar, le critica duramente por defender los planes de estímulo de Bush, Obama y Bernanke. Para Schiff, las medidas del Gobierno están impidiendo que el libre mercado solucione la crisis, y sólo están agravando los problemas.
Por ello, sostiene que Buffett se equivoca gravemente al pensar que para salir de la recesión es necesario incurrir en más deuda y déficit públicos, así como también va desencaminado al sostener que los beneficios de corto plazo de la inflación superan a los costes de medio y largo plazo.