LD (EFE) El objetivo no es transformarla en el psicotrópico marihuana para inhalarla y hacer más llevaderos los efectos negativos de la crisis entre los campesinos, sino, según dicen, recurrir al otro uso tradicional de esta planta, el textil, para producir un material altamente sofisticado que hasta ahora sólo habían logrado sintetizar Canadá y Alemania.
La iniciativa ha sido promovida por una planta de procesado de fibra en el distrito de Menghai que inició su producción la semana pasada, con una capacidad anual prevista de 2.000 toneladas, y si prospera, se extenderá a otras provincias chinas (Heilongjiang, Gansu, Anhui, Xinjiang y Mongolia Interior) antes de 2020.
Con esta iniciativa, que para entonces cubriría más de 660.000 hectáreas de cultivo de cáñamo, China dice que espera sacar de la pobreza a tres millones de campesinos.
A pesar de que la nueva planta de Menghai se encuentra en la prefectura autónoma Dai de Xishuangbanna, una zona montañosa de Yunnan fronteriza con el "Triángulo de Oro" de las drogas, entre Tailandia, Birmania y Laos, los responsables del proyecto consideran que los 10.000 campesinos que trabajan en él no se van a ver tentados por los narcotraficantes.
"El coste para convertir en marihuana este cáñamo es muy superior al del precio al que se vendería la droga", señaló Zhang Jianchun, investigador del Departamento de Logística General del Ejército de Liberación Popular, artífice de la iniciativa. Quizá por eso, el negocio de la droga sea una de las actividades ilegales más rentables.
Según China, esta variedad de cáñamo contiene menos de un 0,1 por ciento de THC (Tretrahidro Canabinol), el componente activo responsable del efecto narcótico, cuyo porcentaje es del 5 por ciento en la marihuana. Hasta le ha dado un nombre a esta variedad: "Han ma", "cáñamo chino", una variable del apelativo mandarín para la marihuana, que es "da ma".
Según Zhang, que ha trabajado en el proyecto desde 2003, el material textil que se fabrica a partir del "han ma" puede frenar en un 95 por ciento la entrada de rayos ultravioleta, no cambia de color a una temperatura de 370 grados y no se quema ni a mil grados.
El "Diario de la Tecnología" recogía que, con estas cualidades, esta variedad de cáñamo se usa para fabricar textiles a prueba de balas e ignífugos, según informó Shi Dongming, presidente de la firma China Hemp Industrial Holding Investment Co Ltd, responsable de la línea de producción.
Por su parte, los funcionarios locales están suministrando las semillas de forma gratuita a los agricultores de la zona y facilitándoles formación técnica para su cultivo con el fin de elevar sus beneficios.
El gobierno espera que los ingresos por cápita de estos campesinos, en la actualidad inferiores a 2.000 yuanes (293 dólares o 226 euros), se dupliquen "hasta 4.000 yuanes al año", en palabras del líder del Partido Comunista en la prefectura, Jiang Pusheng.
Además, el cáñamo, que crece de forma natural en Yunnan y en Xinjiang, es fácil de cultivar: "La plantación no requiere mucho trabajo. La compañía viene a recolectar el cáñamo en época de cosecha, por lo que no estamos preocupados por las ventas", señaló la campesina Yang Yonghong a la agencia oficial de noticias Xinhua.
Esta planta se usa también en la fabricación de papel, con lo que puede contribuir a frenar la galopante deforestación china, pero aún así sus promotores intentan que el proyecto sea lo más ecológico posible: "Como el cáñamo crece y se extiende muy rápido, estamos intentando que no dañe el ecosistema del bosque", explica el militar Zhang.