L D (EFE) El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, explicó este sábado que la crisis en la multinacional láctea italiana Parmalat no tiene por qué afectar a su filial española, Clesa, ya que "tiene cuentas saneadas, pagan con normalidad y su relación es sólo de titularidad de acciones". Arias, que esta mañana presentó en Madrid el balance agrario y pesquero de la legislatura, indicó que "no es el momento de alarma" e insistió en que la láctea española está pagando con normalidad a sus proveedores y ganaderos.
"Seguimos trabajando al cien por cien, nuestros antecedentes nos avalan porque nunca hemos dado balances con pérdidas y gozamos de una absoluta independencia jurídica y autonomía financiera respecto a Parmalat", dijo Puigcercós, al tiempo que se remitió a un comunicado hecho público por el grupo Clesa Letona SA el pasado martes en el que se expresaba en estos mismos términos. Letona es una de las dos factorías -la otra está en Barcelona- que tiene con este nombre el grupo Clesa en España, cuyas acciones, a su vez, son titularidad de la firma italiana después de absorberlo en 1998. La fábrica de Alicante está ubicada en la carretera de San Vicente del Raspeig, abastece de derivados lácteos como yogures y otros postres a la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería, y cuenta con una plantilla de cien trabajadores.
Según Puigcercós, los empleados "están tranquilos porque muchos de ellos tienen una gran antigüedad en la empresa, están acostumbrados al hacer del equipo directivo y confían en él". No obstante, admitió que las noticias que les llegan de Italia sobre la crisis de Parmalat han provocado cierta "inquietud" en la plantilla, si bien en la factoría reina "un buen ambiente". "Evidentemente no se han puesto a aplaudir, pero la plantilla está tranquila porque confía en los directivos de Clesa y cualquier persona puede venir a la factoría para ver el ambiente que hay", indicó.
En esta misma línea, un miembro del Comité de Empresa de Letona SA explicó que los trabajadores están "tranquilos, pero expectantes ante las noticias que llegan desde Italia por la sorpresa que producen, ya que parecen de una película de Visconti". "Seguimos haciendo nuestra vida de siempre, los planes de fabricación se están cumpliendo y no hemos visto nada que nos haya producido intranquilidad en Letona, pero estamos pendientes de Italia porque es donde están actuando las autoridades", manifestó esta fuente. Más del 90 por ciento de los empleados de la factoría alicantina tiene contratos indefinidos, pues la firma, según el Comité de Empresa, "no atraviesa una fase de temporalidad".
Por su parte, Puigcercós defendió la rentabilidad tanto de Letona como del resto de fábricas que componen el grupo en España (Caldas de Reyes, Burgos, León, Madrid y Zaragoza) gracias a su "total autonomía" con respecto a la empresa matriz italiana. El gerente anunció que la factoría que dirige registrará "un incremento significativo de los resultados positivos" en este ejercicio, aunque rechazó ofrecer datos más concretos "porque el balance aún no está consolidado". Insistió, además, en que los planes de futuro del grupo lácteo, que cuenta también en Alicante con una delegación comercial de helados bajo la marca Royne en la que trabaja una decena de personas, "no contemplan, en absoluto" expedientes de regulación de empleos ni la venta de sus factorías pese a la crisis de Parmalat.
Parmalat es la mayor empresa alimentaria italiana, emplea a 37.000 personas en todo el mundo, cuenta con factorías en multitud de países de Europa y América Latina y factura unos 8.000 millones de euros al año. No obstante, acumula una deuda bruta de unos 6.000 millones y la Fiscalía de Milán investiga a sus dirigentes por un "agujero" contable de entre 7.000 y 10.000 millones de euros en el que podría haber mediado la falsificación de documentos bancarios. Este sábado, el Tribunal de Quiebras de Parma declaró el estado de insolvencia del grupo Parmalat, lo que sitúa a la sociedad en suspensión de pago