Aun con el hándicap de sus restricciones a la hora de rescatarlos anticipadamente y la pérdida desde hace unos años de las bonificaciones fiscales si se cobraban en forma de capital, tienen una ventaja muy importante, que pueden cambiarse sin pago de impuestos (este se realiza a la hora del rescate) según las necesidades y perfil de riesgo del inversor.
Así un inversor de 30 años puede optar por un producto de Renta Variable como primera opción pensando en una inversión en 10-15 años que compense años malos como el ciclo bursátil de los dos últimos ejercicios, mientras que una persona que ya se vaya a jubilar, invertir en un producto de riesgo puede llevar a perder todas sus ganancias.
Eso sí, a falta de bola de cristal, si hay un punto objetivo, las comisiones. Elegir un producto con bajo coste puede multiplicar las ganancias de forma más importante, más en un producto que cada vez que avanza su plazo medio y en muchos casos supera los 25 años.
El principal aliciente de estos meses es la oferta de las distintas entidades, tanto en lanzamiento de nuevos productos para captar nuevos clientes o para contratar un nuevo plan quienes ya lo tengan (no existe límites a la hora de contratar en número pero si en aportación total) como principalmente para conseguir el traspaso de los fondos de un plan de una entidad de la competencia a uno propio.
También en estos años, la tendencia ha cambiado, del regalo por aportación se tiende más al pago en efectivo de un porcentaje sobre la cantidad traspasada o el acceso a productos de alta rentabilidad, una opción que suele ser muy rentable para ambas partes: Para el cliente, por conseguir esta rentabilidad extra, para la entidad captar un producto que suele vincular al consumidor a largo plazo, aunque año tras año, tendrá que luchar igual que lo hace para conseguir más clientes, por no perderlo.
Fiscalidad, rentabilidad y rescate
Pero ante todo, guiémonos por las características de los planes de pensiones, ya que una vez recibida la promoción, lo más importante de los planes de pensiones son sus propias características de fiscalidad, rentabilidad y liquidez.
La fiscalidad, es la gran ventaja y atractivo a la hora de comercializarlo, la desgravación de un 15% de sus aportaciones año tras año, pero sin olvidarse que a la hora de su rescate pagaremos los impuestos asimilados a rentas de trabajo. Un depósito tributará por cada cobro de intereses, con lo cual el impacto es más dilatado en el tiempo pero no tiene desgravación ninguna.
Respecto a las ganancias dependen del tipo de activo que invirtamos, la renta variable o renta variable mixta son muy recomendables por su mayor riesgo cuando el plazo de jubilación es largo, por el contrario si el plazo es cercano o no queremos correr riesgo los mejores productos son de renta fija o los garantizados.
Por último el rescate, además de la jubilación se puede obtener los fondos por los herederos si muere el beneficiario, en caso de invalidez permanente y paro de duración prolongada. La crisis ha llevado a que se aligerará este último requisito, pero aun así, en circunstancias normales una persona que empiece su plan a los 35 años deberá esperar 30 años para disponer de su dinero. Si buscamos un producto que podamos disponer en cualquier momento los planes de pensiones no son el producto recomendado.