(Libertad Digital) El ex ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, y que recientemente ha anunciado su bajo como militante del Partido Popular ha criticado con dureza la convocatoria de huelga contra la guerra por parte de UGT. En un artículo publicado en los diarios del Grupo Joly, Pimentel asegura que los sindicatos “deben meditar concienzudamente” la convocatoria de paros contra la guerra de Irak porque “les podrían resultar contraproducentes”. Además, recordó que “nuestras leyes limitan el derecho de huelga al ámbito laboral y social, quedando expresamente excluidas las de naturaleza política”.
Para Pimentel, justificar la huelga por las consecuencias económicas que se desprenderán del conflicto es “un argumento demasiado vago para encubrir el verdadero motivo político”. El ex ministro no cree “que la senda de huelgas generales sea conveniente ni para nuestra debilitada economía ni para los propios sindicatos ni para los nobles ideales que defienden”. Añadió que “esta huelga general será acusada, con cierta razón, de política y oportunista, y en vez de reforzar la postura contra la guerra, puede incluso, debilitarla”.
Más duros son en la Patronal. Según la CEOE, con el paro del próximo 10 de abril "se pone en riesgo un modelo de diálogo social", y que acciones como ésta "resultan inadmisibles" para los intereses de los trabajadores y los empresarios. La patronal explica que acciones como ésta "instrumentalizan la actividad de las empresas para defender unos planteamientos ajenos a la esfera de actuación empresarial", producen a las empresas daños que dificultan su actividad económica y generan una desconfianza que afecta negativamente al empleo. Además, indicaron que las empresas se encuentran en una situación "inerme", desde el punto de vista legal, "ya que nada pueden hacer para solucionar el problema", pero por otro lado, soportan irregularidades laborales "manifiestas y abusivas", debido a la "inactividad productiva".
Mientras tanto, el secretario general de CCOO, José María Fidalgo, dijo que la decisión del Consejo Confederal de no convocar la huelga general del 10 de abril es "vinculante" para todas las federaciones, y dijo desconocer que les puede pasar a los dirigentes que llamen a secundarla, porque "no soy profeta". El Consejo Confederal ratificó por 86 votos a favor y 59 en contra una resolución de la Comisión Ejecutiva que rechazaba convocar una huelga similar a la de UGT. Sin embargo, el líder del sector crítico de CCOO, Agustín Moreno, ha advertido de que los dirigentes que forman esta corriente "no van a renunciar a llamar a la huelga general" de UGT.
Para Pimentel, justificar la huelga por las consecuencias económicas que se desprenderán del conflicto es “un argumento demasiado vago para encubrir el verdadero motivo político”. El ex ministro no cree “que la senda de huelgas generales sea conveniente ni para nuestra debilitada economía ni para los propios sindicatos ni para los nobles ideales que defienden”. Añadió que “esta huelga general será acusada, con cierta razón, de política y oportunista, y en vez de reforzar la postura contra la guerra, puede incluso, debilitarla”.
Más duros son en la Patronal. Según la CEOE, con el paro del próximo 10 de abril "se pone en riesgo un modelo de diálogo social", y que acciones como ésta "resultan inadmisibles" para los intereses de los trabajadores y los empresarios. La patronal explica que acciones como ésta "instrumentalizan la actividad de las empresas para defender unos planteamientos ajenos a la esfera de actuación empresarial", producen a las empresas daños que dificultan su actividad económica y generan una desconfianza que afecta negativamente al empleo. Además, indicaron que las empresas se encuentran en una situación "inerme", desde el punto de vista legal, "ya que nada pueden hacer para solucionar el problema", pero por otro lado, soportan irregularidades laborales "manifiestas y abusivas", debido a la "inactividad productiva".
Mientras tanto, el secretario general de CCOO, José María Fidalgo, dijo que la decisión del Consejo Confederal de no convocar la huelga general del 10 de abril es "vinculante" para todas las federaciones, y dijo desconocer que les puede pasar a los dirigentes que llamen a secundarla, porque "no soy profeta". El Consejo Confederal ratificó por 86 votos a favor y 59 en contra una resolución de la Comisión Ejecutiva que rechazaba convocar una huelga similar a la de UGT. Sin embargo, el líder del sector crítico de CCOO, Agustín Moreno, ha advertido de que los dirigentes que forman esta corriente "no van a renunciar a llamar a la huelga general" de UGT.