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EEUU registrará en 2009 el mayor déficit público desde la II Guerra Mundial

Las previsiones a largo plazo son aún peores. La casa Blanca estima que EEUU acumulará 9 billones de dólares de déficit durante la próxima década, dos billones más que la anterior previsión.

Las previsiones a largo plazo son aún peores. La casa Blanca estima que EEUU acumulará 9 billones de dólares de déficit durante la próxima década, dos billones más que la anterior previsión.

Una recesión más aguda que lo anticipado y los intereses de una deuda creciente harán que el agujero fiscal estadounidense sume 9 billones de dólares en la próxima década, según predijo este lunes la Casa Blanca.

Esa cifra es dos billones mayor que lo calculado anteriormente por los contables del gobierno, que hoy actualizaron sus predicciones.

Los nuevos pronósticos limitarán la capacidad del presidente Barack Obama de traer el cambio que prometió durante la campaña electoral, en la medida en que reducir el déficit deberá ser una prioridad por encima de nuevos programas de gasto, según los expertos.

"Todas las iniciativas tendrán que tener un impacto nulo sobre el déficit, como poco. Estos datos pueden poner freno a lo que la administración y el Congreso aspiran a hacer", dijo en una rueda de prensa Stan Collender, un experto en asuntos presupuestarios.

Obama ha prometido cortar el déficit a la mitad para finales de su mandato, en enero de 2013.

"Ni el presidente ni el Congreso deberían intentar reducir los déficit demasiado rápidamente en los próximos años, porque eso socavaría los intentos por estimular una economía que es aún frágil", alertó James Horney, otro especialista en temas fiscales, del Centro de Presupuestos y Prioridades de Política.

La Oficina de Presupuestos del Congreso, que también actualizó hoy sus previsiones, augura un agujero fiscal en la próxima década bastante menor, de 7,1 billones de dólares, frente a los 9 billones de la Casa Blanca.

Sin embargo, a la hora de hacer sus cálculos esa agencia asume que se mantendrán las políticas actuales, mientras que la Casa Blanca incluye en sus cifras el coste de programas que pretende que apruebe el Congreso, como la extensión de algunas rebajas tributarias y la reforma del sistema de salud.

A corto plazo, las noticias en el terreno presupuestario son mejores que lo esperado. Este año fiscal, que terminará a finales de septiembre, el déficit de Estados Unidos sumará 1,58 billones de dólares, según la Casa Blanca, y 1,6 billones, de acuerdo con la Oficina de Presupuestos del Congreso.

Ello equivale al 11,2% del Producto Interno Bruto (PIB), el mayor porcentaje desde la Segunda Guerra Mundial. En comparación, el déficit del pasado año fiscal alcanzó 455.000 millones de dólares, lo que ya fue un récord en términos absolutos.

Desde que se iniciara el actual ejercicio fiscal, en octubre de 2008, la recesión ha hundido los ingresos públicos, al tiempo que el Gobierno ha tenido que gastar mucho más en ayudas a la banca, la industria del motor, los propietarios de viviendas y otros programas para reactivar la economía.

Aún así, las previsiones iniciales sobre los números rojos del erario público eran más pesimistas, pues la Oficina de Presupuestos del Congreso había augurado 90.000 millones de dólares adicionales de déficit para este año fiscal.

Mientras, la Casa Blanca había contado con un déficit de 1,84 billones de dólares, dado que había apartado 250.000 millones de dólares extra para ayudar al sector financiero que al final no han sido necesarios.

En el terreno del mercado laboral, la Casa Blanca ha abandonado su pronóstico de febrero, en el que auguraba un desempleo del 8,1% para este año, y ahora cree que llegará al 10 por ciento en los próximos meses.

"La recesión simplemente ha sido peor" que lo anticipado entonces, explicó en una rueda de prensa la presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Christina Romer.

Según el gobierno, la economía volverá al terreno positivo en el último trimestre del año, pero aún así la media del año será de una contracción del 2,8 por ciento, seguida por un crecimiento del 2 por ciento en el 2010, unas cifras también más pesimistas que su anterior vaticinio.

Para 2011 predice una expansión del 3,8%

El tremendo golpe sobre la demanda mantendrá baja la inflación, de acuerdo con la Casa Blanca, que augura una caída de los precios del 0,7 por ciento este año, y una subida del 1,4 por ciento en el 2010 y del 1,5 en el 2011.

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