Casi no hay semana en la que el Gobierno no aparezca proclamando las bondades de la actual situación del mercado inmobiliario y las grandes oportunidades que ofrece. Sin embargo, los compradores parece que no escuchan a Beatriz Corredor. No sólo los carteles de “Se vende” se mantienen durante mucho tiempo en las ventanas de los pisos, sino que en 2009, hasta el 90% los inmuebles sacados a subasta por las entidades bancarias como resultado de un proceso de embargo.
Estas viviendas suelen salir a la venta algo por debajo del precio de mercado, sin embargo, ni aún así las entidades financieras se logran desprender de ellas. De esta manera, y según los autores del informe de www.publicasubasta.com, los bancos acreedores “se adjudican los inmuebles y engordan sus carteras inmobiliarias con la consiguiente distorsión a medio y largo plazo sobre el sector, y mayores tensiones sobre el sistema financiero”. Es destacable, también, que el porcentaje de inmuebles no vendidos en estas subastas haya subido. En 2008 fue del 80%, mientras que el último año llegó al 90% de las viviendas.
Según estas mismas estadísticas, la tasación media de los inmuebles sacados a subasta fue de 280.000 euros, aunque se cita el caso de una vivienda en Valencia que salió a la venta por 63 millones de euros.
Sin embargo, a pesar de estas cifras, el porcentaje de subastas sobre hipotecas en el conjunto de España (3,92%) sigue algo por debajo del de morosidad (5,07%). Esto se debe a que muchos de los que ya no pueden pagar su hipoteca todavía están negociando con el banco.
Por provincias, Barcelona es la que ha visto más subastas de inmuebles en relación con su número de hipotecas, seguida de Zamora, Cuenca, Madrid y Ávila.
En este sentido, los autores del informe destacan que la correlación más clara se muestra entre las subastas y la tasa de paro. De esta manera, las provincias con un desempleo más alto suelen ser las que tienen una incidencia de subastas por impago más alta.