Llega el plan B. Tras la ruptura de Banco Base, la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) se ha visto obligada a solicitar apoyo financiero al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), lo cual dejaría el control de la entidad en manos del Banco de España.
Aunque la CAM ha evitado dar cifras concretas, el mercado baraja una inyección de hasta 2.500 millones de euros para cubrir sus agujeros y cumplir así con los nuevos criterios de capital que exige el Gobierno. La entrada de dicho capital público supondría la nacionalización de la entidad.
El presidente territorial de Caja Mediterráneo (CAM), Ángel Martínez, ha mostrado este jueves la intención de "continuar adelante y pedir ayuda al FROB temporalmente" aunque sin especificar requerido. Además, tampoco ha aclarado si la entidad financiera pretende continuar en solitario o participar con algún otro grupo.
Martínez ha señalado que el Consejo de Administración de la CAM se reunirá de nuevo este viernes a las 17.00 horas para analizar la nueva situación planteada y las opciones que se le presentan, que pasan, en primer lugar, por "caminar solos". En segundo lugar, ha planteado la posibilidad de buscar otras fórmulas y "formar parte de otro grupo".
Y es aquí donde podría entrar en juego el Banco de España (BdE). El organismo central ha abierto la puja de la CAM con el fin de tratar de vender la entidad, evitando así su nacionalización. Según las últimas informaciones publicadas, el BdE ha ofrecido la caja a las principales entidades del país: Santander, BBVA, La Caixa, Popular y Sabadell e, incluso, Ibercaja.
El problema, sin embargo, es que todas han exigido garantías estatales para cubrir las pérdidas potenciales derivadas de la absorción, a través de un mecanismo denominado esquema de protección de activos (EPA). Todas excepto una: el Banco Santander es el único dispuesto a hacerse con la CAM sin necesidad de garantías adicionales. Así pues, el BdE busca un caballero blanco capaz de comprar la CAM. La cuestión sería a qué precio. La CAM es la cuarta caja de España, con cerca de 75.000 millones de euros en activos.
De este modo, el BdE trata de evitar a toda costa la intervención de la entidad alicantina ante la nefasta imagen que ellos supondría de cara a los mercados internacionales. Sobre todo, si se tiene en cuenta que el gobernador del BdE, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo), lleva varias semanas vendiendo en el extranjero la buena senda que lleva la reestructuración financiera en España.
Por su parte, la CAM insiste en que "va a seguir en el Banco Base" y ha comunicado a la CNMV "su voluntad de continuar adelante y de pedir ayuda al FROB temporalmente" con un dinero que se puede devolver en dos o en cinco años. En cualquier caso, ha recordado que la CAM "está operando en bolsa desde hace dos años" y quiere seguir "operando en bolsa".
De hecho, ha considerado que el mejor camino "es la transparencia a través de la cotización bursátil" que supone estar sometidos, al igual que los bancos, "al control de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), del Banco de España y de los mercados". Pese a todo, no aclara si continuará en solitario o participará en otro grupo.