(Libertad Digital) En vista del empeoramiento de las perspectivas económicas internacionales, aumentan las voces que piden al BCE un nuevo recorte de los tipos. En Alemania, los expertos del Commerzbank esperan que la entidad europea baje el precio del dinero en un 0,50 por ciento para impulsar el crecimiento económico y estabilizar los mercados financieros. Sin embargo, no todos los analistas coinciden en que el recorte de los tipos de interés vaya a ser tan fuerte, algunos opinan que el BCE tan sólo los bajará en un cuarto de punto y pocas son las voces que prevén que se mantengan invariables.
Unos tipos de interés más bajos provocarían más peticiones de créditos y más dinero en circulación, más consumo y, por tanto, más inflación. España, con una inflación cercana al 4 por ciento, se vería muy perjudicada por esta decisión. Si a esto le sumamos la repercusión que tendría en los precios de la vivienda , al aumentar previsiblemente la demanda, la conclusión es bastante clara. Sin embargo, Alemania, con un crecimiento cero, un escaso consumo y una inflación del 1,1 por ciento, es uno de los países más interesados en esta decisión.
La tendencia a la baja de la inflación en la zona euro avala la posibilidad de una reducción en los tipos de interés, pero el aumento de la masa monetaria en circulación en la eurozona durante el mes de enero, hasta el 7,4 por ciento, echa por tierra el optimismo alemán. A esto habría que sumar la incipiente subida de los precios del petróleo , que afectaría fundamentalmente a países como España, que carece de reservas energéticas para hacer frente a un posible conflicto en Oriente Medio. Desde el IEE, su presidente, Juan Iranzo, ya ha advertido de que si la guerra contra Irak se prolongase en el tiempo, España sufriría un importante aumento del IPC, que en estos momentos, casi duplica la media de la zona euro.
EL BCE recortó los tipos en diciembre del año pasado, por última vez, y desde entonces ha preferido esperar a ver los efectos de esta decisión sobre la economía antes de modificarlos de nuevo. La inflación de la zona euro se situó en enero en el 2,2 por ciento, una décima menos que el mes anterior, pero aún está por encima del tope del 2 por ciento que establece el BCE. Varios de los 18 miembros del consejo de gobierno, incluido sus presidente, Wim Duisenberg, han abogado más o menos directamente por un recorte de las tasas, aunque otros han sido más cautelosos y parecen dispuestos, en las circunstancias actuales, a esperar para ver con más claridad la evolución geopolítica.
Unos tipos de interés más bajos provocarían más peticiones de créditos y más dinero en circulación, más consumo y, por tanto, más inflación. España, con una inflación cercana al 4 por ciento, se vería muy perjudicada por esta decisión. Si a esto le sumamos la repercusión que tendría en los precios de la vivienda , al aumentar previsiblemente la demanda, la conclusión es bastante clara. Sin embargo, Alemania, con un crecimiento cero, un escaso consumo y una inflación del 1,1 por ciento, es uno de los países más interesados en esta decisión.
La tendencia a la baja de la inflación en la zona euro avala la posibilidad de una reducción en los tipos de interés, pero el aumento de la masa monetaria en circulación en la eurozona durante el mes de enero, hasta el 7,4 por ciento, echa por tierra el optimismo alemán. A esto habría que sumar la incipiente subida de los precios del petróleo , que afectaría fundamentalmente a países como España, que carece de reservas energéticas para hacer frente a un posible conflicto en Oriente Medio. Desde el IEE, su presidente, Juan Iranzo, ya ha advertido de que si la guerra contra Irak se prolongase en el tiempo, España sufriría un importante aumento del IPC, que en estos momentos, casi duplica la media de la zona euro.
EL BCE recortó los tipos en diciembre del año pasado, por última vez, y desde entonces ha preferido esperar a ver los efectos de esta decisión sobre la economía antes de modificarlos de nuevo. La inflación de la zona euro se situó en enero en el 2,2 por ciento, una décima menos que el mes anterior, pero aún está por encima del tope del 2 por ciento que establece el BCE. Varios de los 18 miembros del consejo de gobierno, incluido sus presidente, Wim Duisenberg, han abogado más o menos directamente por un recorte de las tasas, aunque otros han sido más cautelosos y parecen dispuestos, en las circunstancias actuales, a esperar para ver con más claridad la evolución geopolítica.