El pasado martes, José Luis Rodríguez Zapatero presentó, arropado por la ministra de Economía, Elena Salgado, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y la de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, su Estrategia para el Impulso del Vehículo Eléctrico.
Esa mañana, entre los asistentes, todo fueron buenas palabras, sonrisas y elogios para un plan que identifica “muy bien qué hay que hacer” en palabras de Luis Atienza, presidente de Red Eléctrica Española, y que es una “apuesta valiente” del Ejecutivo según el presidente de Anfac (la patronal de la automoción), Francisco Javier García Sanz.
Nadie hizo referencia a algunos puntos oscuros del plan. Aunque, en las declaraciones de muchos de ellos, se pueden intuir algunos de estos aspectos.
- El papel de la industria: El proyecto presentado el martes por el Gobierno es el resultado de una serie de reuniones concertadas en los últimos meses por los grupos de trabajo liderados por el Ministerio de Industria.
La composición de estos grupos (pag. 3 del documento adjunto) es el primer aspecto cuestionable del plan del Ejecutivo, puesto que las grandes empresas (eléctricas, constructoras y automovilísticas) han tenido una presencia muy relevante. De esta manera, no es extraño que las recomendaciones finalmente expuestas en el plan incluyan ayudas que beneficiarán a estos mismos sectores.
Es normal, desde el punto de vista empresarial, que estas compañías celebrasen el martes la propuesta del Gobierno. Pero la pregunta es, ¿es lógico que el Ejecutivo prepare un plan siguiendo el consejo de los que serán sus principales beneficiarios?
- El coste real: En el documento presentado por el Gobierno se establece que el coste del plan es de 590 millones de euros. Lo que no se explicó el martes es que esta cantidad sólo cubre los dos primeros años del programa, hasta 2012.
Pero el objetivo declarado de tener 250.000 vehículos eléctricos tiene como fecha límite 2014. Por lo tanto, puede pensarse que para los presupuestos de 2013 y 2014 tendrá que haber nuevas partidas destinadas a complementar esos casi 600 millones.
Teniendo en cuenta que en 2012 hay previstos 70.000 vehículos (lo que supone que cada coche de este tipo costará a los contribuyentes 8.400 euros), ¿cuánto habrá que pagar para llegar a los 250.000 en 2014? ¿son compatibles este tipo de planes con la reducción del déficit público de 50.000 millones antes de 2013?
- Objetivo: El Ejecutivo se ha marcado un plan ambicioso, llegar a los 250.000 vehículos eléctricos en las carreteras españolas en 2014, a los que habría que sumar 750.000 híbridos, para lograr la cifra mágica de 1 millón de coches verdes antes de 2015.
Este número redondo es el mismo con el que Barack Obama se presentó a las elecciones. El presidente de EEUU prometió 1 millón de vehículos híbridos antes en 2015. Pero, ¿puede España fijarse el mismo objetivo que el país más rico del mundo y que tiene más de 300 millones de habitantes?
- Viabilidad: Todas las grandes marcas están investigando desde hace tiempo para conseguir poner en el mercado un coche eléctrico fiable, barato y competitivo. Cualquiera puede imaginarse que la primera empresa que sea capaz de poner a disposición de los consumidores un vehículo a un buen precio y que no necesite gasolina se hará de oro.
De hecho, marcas como Toyota, con su modelo Prius, ya han puesto en el mercado vehículos con poco consumo de gasolina y gran aceptación del público. Por eso, algunos expertos se preguntan, ¿es necesario subvencionar a las grandes marcas automovilísticas por hacer algo que harían en cualquier caso? ¿Y si no es rentable un producto: por qué los que no tienen coche o no quieren cambiar el suyo deben pagar a los que se compren uno eléctrico?
- Renovables: En la pasada legislatura el Gobierno ya presentó un plan de apoyo a las renovables que ha estado financiando a este tipo de energía que, de otra manera, no habría sido capaz de competir en el mercado (especialmente en el caso de la solar).
Sin embargo, hace unos días, Miguel Sebastián ya anticipó que se iban a recortar las primas a las renovables por su alto coste. Ahora se asegura que el futuro es el coche eléctrico, pero ¿dentro de cinco años no serán estos vehículos las nuevas renovables?