La Cámara Alta no podrá someterlo a votación antes del receso del Día de la Independencia, que se celebra la próxima semana, por lo que es probable que se convoque al Senado a mediados de julio para este fin.
El trámite del Senado es más difícil que en la Cámara porque, según los expertos, los demócratas necesitan convencer al menos a tres republicanos para que apoyen el texto. En la Cámara de Representantes, tres republicanos votaron a favor, lo que supone un claro avance con respecto al año pasado, cuando ningún congresista de la oposición votó el texto inicial.
El presidente Barack Obama señaló en un comunicado que esta votación es un impulso para aprobar una ley "que dará a los consumidores una mayor protección y salvaguardará la economía estadounidense de futuras crisis financieras".
Obama subrayó que protegerá a los usuarios, "frenará los abusos de bancos, compañías hipotecarias y de tarjetas de crédito", que tendrán que dar más información a sus clientes y hará "más transparente" el sistema financiero estadounidense.
Ahora, el contenido de la reforma financiera es algo diferente al del año pasado, porque ha sido refundido con el que aprobó el Senado hace unos meses. Según el procedimiento del Congreso de EEUU, las dos Cámaras tienen que aprobar el texto idéntico para que el presidente firme la ley.
En las últimas semanas, senadores y congresistas han desarrollado una intensa actividad para consensuar los textos, bajo la atenta mirada de Wall Street, que ha ejercido una intensa presión para quitarle fuerza.
El pasado vienes, el presidente Obama anunció un acuerdo preliminar sobre el proyecto de ley, lo que abrió las puertas a la pronta aprobación de la que será la más amplia reforma del sector financiero de los últimos 70 años. En términos generales, el proyecto de ley establece una mayor supervisión del Gobierno, que tendrá más poder, por ejemplo, para liquidar entidades en quiebra o para auditar sus cuentas.
La ley también establece una mayor exigencia de capital para los bancos; regula las transacciones de los mercados de derivados; limita los salarios de los banqueros; somete a un mayor control a las entidades de calificación de riesgo, y establece la creación de una Oficina de Protección del Consumidor.
El proyecto de ley fue aprobado en la Cámara de Representantes por 237 votos a favor y 192 en contra. En la aprobación ha sido clave la retirada de uno de los puntos más polémicos, el establecimiento de un impuesto a la banca para financiar futuros rescates.
La reforma financiera es una de las grandes iniciativas de Obama para este mandato, y probablemente la última que saldrá adelante antes de las elecciones legislativas de noviembre próximo. Pero antes tendrá que pasar el trámite del Senado, donde los demócratas necesitan la mayoría de dos tercios.
El Congreso de EEUU aprueba la reforma financiera de Obama
La Cámara de Representantes de EEUU aprobó el miércoles el proyecto de reforma financiera, un texto al que tendrá que darle el visto bueno el Senado y recibir la firma del presidente Barack Obama antes de convertirse en ley.
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