LD (EFE) Durante una rueda de prensa, la jerarquía demócrata de ambas cámaras del Congreso pidió que, a más tardar el 2 de diciembre, los ejecutivos de General Motors (GM), Ford y Chrysler presenten un plan de viabilidad.
"Hasta que nos demuestren un plan, no podemos enseñarles el dinero", dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. Sólo entonces es que el Congreso programará audiencias de los comités de la Banca, en el Senado, y de Servicios Financieros, en la Cámara de Representantes, para esa misma semana.
"Hasta que nos demuestren un plan, no podemos enseñarles el dinero", dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. Sólo entonces es que el Congreso programará audiencias de los comités de la Banca, en el Senado, y de Servicios Financieros, en la Cámara de Representantes, para esa misma semana.
Plan de viabilidad a largo plazo
La idea es someter a votación un plan de ayuda durante la semana del 8 de diciembre, en lo que sería la última reunión de la 110 sesión legislativa.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, consideró que durante dos días de audiencias, el martes y miércoles pasados, los máximos ejecutivos de los Tres Grandes de Detroit no habían convencido a los legisladores de que en verdad cuentan con un plan para la supervivencia de la industria a largo plazo.
General Motors dijo en un comunicado que tiene "la intención de enviar un plan al Congreso que los muestre una GM viable". "Estamos completamente de acuerdo con que tiene que haber rendición de cuentas con los contribuyentes estadounidenses", añadió el documento.
Por su parte, Mike Moran, portavoz de Ford dijo que la empresa "agradece la oportunidad para proporcionar" su plan de viabilidad al Congreso. "Tenemos un gran plan que continuará la transformación de Ford en una compañía más reducida y rentable", sostuvo.
Tras las advertencias de Reid y Pelosi, senadores demócratas y republicanos ofrecieron detalles de un principio de acuerdo sobre las ayudas al sector automotriz, que parece contar con la venia de la Casa Blanca.
La idea es someter a votación un plan de ayuda durante la semana del 8 de diciembre, en lo que sería la última reunión de la 110 sesión legislativa.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, consideró que durante dos días de audiencias, el martes y miércoles pasados, los máximos ejecutivos de los Tres Grandes de Detroit no habían convencido a los legisladores de que en verdad cuentan con un plan para la supervivencia de la industria a largo plazo.
General Motors dijo en un comunicado que tiene "la intención de enviar un plan al Congreso que los muestre una GM viable". "Estamos completamente de acuerdo con que tiene que haber rendición de cuentas con los contribuyentes estadounidenses", añadió el documento.
Por su parte, Mike Moran, portavoz de Ford dijo que la empresa "agradece la oportunidad para proporcionar" su plan de viabilidad al Congreso. "Tenemos un gran plan que continuará la transformación de Ford en una compañía más reducida y rentable", sostuvo.
Tras las advertencias de Reid y Pelosi, senadores demócratas y republicanos ofrecieron detalles de un principio de acuerdo sobre las ayudas al sector automotriz, que parece contar con la venia de la Casa Blanca.
Ayudas al sector automotriz
Durante una rueda de prensa, el senador demócrata Carl Levin, de Michigan (sede de los tres fabricantes de automóviles), dijo que una demora en la aprobación del salvavidas sería "riesgosa" debido a la precaria situación de liquidez las empresas.
Levin, respaldado por varios republicanos, propuso que se flexibilice el programa de préstamos por 25.000 millones de dólares ya aprobado por el Congreso en septiembre y manejado por el Departamento de Energía con el propósito de fomentar la fabricación de automóviles más eficientes y ecológicos.
Para apaciguar a varios demócratas y a grupos ecologistas que se oponen a esa idea, la propuesta bipartidista estipula que, una vez que las empresas automotrices paguen los préstamos, los fondos se reincorporen al programa energético, para que continúe sin interrupciones.
Levin cree que, al final, sí se lograrán los 60 votos necesarios para la aprobación del plan el mes próximo. La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, afirmó que "este es un acuerdo que el presidente podría apoyar" y recordó que el presidente, George W. Bush, siempre ha creído que la industria debe hacer los cambios necesarios para su viabilidad.
Tanto el Congreso como la Casa Blanca coincidieron siempre en la necesidad de tender una mano a la industria automotriz, que conforma el 4 por ciento del Producto Interno Bruto y es considerada una vértebra de la economía nacional y la última base industrial del país.
Durante una rueda de prensa, el senador demócrata Carl Levin, de Michigan (sede de los tres fabricantes de automóviles), dijo que una demora en la aprobación del salvavidas sería "riesgosa" debido a la precaria situación de liquidez las empresas.
Levin, respaldado por varios republicanos, propuso que se flexibilice el programa de préstamos por 25.000 millones de dólares ya aprobado por el Congreso en septiembre y manejado por el Departamento de Energía con el propósito de fomentar la fabricación de automóviles más eficientes y ecológicos.
Para apaciguar a varios demócratas y a grupos ecologistas que se oponen a esa idea, la propuesta bipartidista estipula que, una vez que las empresas automotrices paguen los préstamos, los fondos se reincorporen al programa energético, para que continúe sin interrupciones.
Levin cree que, al final, sí se lograrán los 60 votos necesarios para la aprobación del plan el mes próximo. La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, afirmó que "este es un acuerdo que el presidente podría apoyar" y recordó que el presidente, George W. Bush, siempre ha creído que la industria debe hacer los cambios necesarios para su viabilidad.
Tanto el Congreso como la Casa Blanca coincidieron siempre en la necesidad de tender una mano a la industria automotriz, que conforma el 4 por ciento del Producto Interno Bruto y es considerada una vértebra de la economía nacional y la última base industrial del país.
Principio de acuerdo
Pero no lograron consenso sobre de dónde provendrían los 25.000 millones de dólares para el sector: los demócratas querían usar el plan del rescate financiero, y la Casa Blanca, el fondo a cargo del Departamento de Energía.
En medio de ese tira y afloja, las acciones de los dos principales fabricantes de automóviles estadounidenses vivieron el jueves una auténtica montaña rusa en Wall Street tras abrir la jornada con pérdidas históricas para terminar el día en terreno positivo.
Pero no lograron consenso sobre de dónde provendrían los 25.000 millones de dólares para el sector: los demócratas querían usar el plan del rescate financiero, y la Casa Blanca, el fondo a cargo del Departamento de Energía.
En medio de ese tira y afloja, las acciones de los dos principales fabricantes de automóviles estadounidenses vivieron el jueves una auténtica montaña rusa en Wall Street tras abrir la jornada con pérdidas históricas para terminar el día en terreno positivo.
Desplome en bolsa
Las acciones de GM acabaron a 2,88 dólares, un 3,23 por ciento de aumento con respecto al valor de apertura. Pero los títulos del mayor fabricante estadounidense habían abierto la sesión con un desplome del 39 por ciento, lo que las colocó en su punto más bajo en 70 años ante la incertidumbre sobre la ayuda del Gobierno.
Sin embargo, después del anuncio del senador Levin, los papeles de GM se dispararon al alza con una ganancia de casi el 30 por ciento. Los títulos de Ford siguieron un camino similar. Poco después de la apertura de los mercados, los valores de la marca del óvalo azul caían a su punto más bajo en 26 años, 1,02 dólares, tras el anuncio de Levin, ganaban un 28 por ciento (36 centavos) y terminaron el día a 1,39 dólares por acción, una ganancia del 10,32 por ciento.
Las acciones de GM acabaron a 2,88 dólares, un 3,23 por ciento de aumento con respecto al valor de apertura. Pero los títulos del mayor fabricante estadounidense habían abierto la sesión con un desplome del 39 por ciento, lo que las colocó en su punto más bajo en 70 años ante la incertidumbre sobre la ayuda del Gobierno.
Sin embargo, después del anuncio del senador Levin, los papeles de GM se dispararon al alza con una ganancia de casi el 30 por ciento. Los títulos de Ford siguieron un camino similar. Poco después de la apertura de los mercados, los valores de la marca del óvalo azul caían a su punto más bajo en 26 años, 1,02 dólares, tras el anuncio de Levin, ganaban un 28 por ciento (36 centavos) y terminaron el día a 1,39 dólares por acción, una ganancia del 10,32 por ciento.