LD (EFE) Así consta en el objetivo de estabilidad presupuestaria para el trienio 2007-2009 aprobado este viernes por el Consejo de Ministros, que prevé además unos ingresos de 146.208 millones para 2007, el 13,8 por ciento más que en 2006, estimación que incluye el impacto de la rebaja del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades que se aplicará a partir del 1 de enero del año que viene.
El Gobierno prevé que las Administraciones Públicas logren en 2007 un superávit del 0,7 por ciento del PIB, que se eleva al 0,8 por ciento para 2008 y 2009.
El superávit del próximo año será resultado de un saldo positivo del Estado (incluidos los organismos autónomos) del 0,2 por ciento del PIB, el mismo porcentaje que en los dos años siguientes; del 0,7 por ciento de la Seguridad Social, que se reducirá al 0,6 en los dos ejercicios siguientes; y de un déficit del 0,1 por ciento de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, que se espera torne en equilibrio en 2008 y 2009.
El límite de gasto de 142.925 millones calculado para el año próximo -frente a los 133.951 millones de este año- cumple con el compromiso del Gobierno de que el crecimiento del gasto público se sitúe en línea con el incremento del PIB. Según el Ministerio de Economía, se pretende así practicar una política fiscal prudente que permita suavizar las presiones de demanda y sea capaz, al mismo tiempo, de moderar la inflación y el déficit por cuenta corriente.
El vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, insistió en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que los objetivos se han basado en una política fiscal "prudente y neutral", que persigue ayudar a corregir la inflación y el déficit exterior y colocar a España entre los países "con mejores condiciones para afrontar los retos futuros". Entre estos retos, recordó, destaca el envejecimiento de la población, que elevará las necesidades de gasto en pensiones y asistencia.
Por su parte, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, dijo que España podrá seguir creciendo y "ahorrando" para el futuro a un tiempo, reduciendo el endeudamiento al mismo tiempo que se asumen otros compromisos económicos. En cambio, el secretario ejecutivo de Economía y Empleo del PP, Miguel Arias Cañete, calificó de "disparatado" elevar el 6,7 por ciento el techo de gasto, ya que, a su juicio, provocará que la economía se "recaliente mucho más de lo que está".
El portavoz de Economía y Hacienda de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Sánchez Llibre, reclamó que el incremento del techo de gasto para 2007 se traduzca en un aumento de la inversión en infraestructuras, en una revalorización de las pensiones más bajas y en potenciar el I+D+i.