La Administración Tributaria y la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) publicaron el lunes su informe mensual sobre ingresos y gastos de la administración central hasta el mes de agosto.
Una lectura superficial de los informes puede hacer creer que el camino hacia la reducción del déficit y la estabilización macroeconómica caminan por la senda correcta y con paso firme. Esto es recogido de forma totalmente ingenua y acrítica por la mayoría de los medios:
-"La reducción del gasto se acelera y propicia una caída del déficit del 42%". El País, 28/9/2010.
-"Las medidas de ajuste permiten un recorte del déficit del 42%". El Periódico de Catalunya, 28/9/2010.
-"La subida del IVA reduce el déficit un 42,2%, hasta el 3,3% del PIB". La Razón, 28/9/2010.
-"El déficit del Estado cae un 42% hasta agosto, de 60.304 a 34.849 millones de euros". El Mundo, 28/9/2010.
Y así podríamos seguir hasta la saciedad en, prácticamente, todos los medios escritos. El lector de prensa económica sabe que ésta es la piedra angular para que España recupere la confianza de los mercados y lleve a cabo los ajustes necesarios para que nuestra economía vuelva a crecer, esta vez de una forma sana y sostenible.
Sólo hay un problema en todo este discurso: que se basa en una interpretación errónea de las estadísticas. Una lectura más detallada de los informes hace que nuestra atención se vuelva hacia el hecho de que la presunta reducción del déficit se está produciendo tanto por un aumento de los ingresos como por una reducción de los gastos, que analizaremos a continuación.
Análisis de los ingresos
La propia IGAE, en su informe, recalca que los ingresos deben medirse de forma homogénea, ya que los diferentes calendarios de ejecución hacen que los años no resulten directamente comparables entre sí. Esto es especialmente cierto este año debido a la escasa ejecución de las devoluciones del IVA.
En la página 9 del informe, podemos ver los incrementos de ingresos nominales no financieros, y en la 11 los homogéneos para lo que llevamos del año 2010:
De esta forma, el incremento de ingresos se reduce a 8.049 millones. Pero los problemas estadísticos de los ingresos no terminan aquí, como veremos más adelante.
Análisis de los gastos
En la página 12 de este mismo informe del IGAE podemos ver cómo dos grandes partidas de gasto aumentan, como son los gastos de personal (+2,3%) y financieros (+10,1%), mientras disminuyen las inversiones (-7,9%) y los gastos corrientes (-3,4%). Sumando estas cuatro partidas todavía vemos un aumento de 1.326 millones (+1,1%).
Sin embargo, hay otras dos grandes partidas que sufren un importante recorte, transferencias de capital (-18.2%) y transferencias corrientes (-7%), lo que hace que el gasto total informado baje en un 4,6%.
Podría parecer entonces que el sector público está moderando su gasto pero, lamentablemente, no es así, ya que las grandes partidas donde disminuye el gasto son las de transferencias a CCAA, ayuntamientos, diputaciones y empresas públicas.
Como las moderaciones de gasto en CCAA y ayuntamientos no parece que se estén produciendo (y menos con elecciones en el horizonte) esto, simplemente, significa que buena parte del déficit se está transfiriendo a CCAA y ayuntamientos.
Podemos comprobarlo con el último informe de deuda total del sector público, publicada por el Banco de España hace unos días y que llega hasta el mes de junio. En él se ve que las CCAA se endeudaron en los primeros seis meses del año en 17.852 millones de euros frente a 13.726 millones en 2009.
Y eso a pesar de que, como se puede ver en el informe de la IGAE de junio, las transferencias a las CCAA habían aumentado por esas fechas respecto a 2009 en 2.532 millones de euros. Obviamente, esto quiere decir que el gasto de las CCAA no sólo no está reduciéndose, sino que en la primera mitad del año aumentó en 6.388 millones.
Luego, extrapolando al mes de agosto obtendríamos lo siguiente:
Como se ve, el gasto, muy lejos de estar controlado, sigue expandiéndose a tasas muy elevadas.
Consideraciones finales
Ateniéndonos a lo estrictamente comprobable, podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que el déficit público, lejos de estar reduciéndose, está incrementándose, como podemos ver en la siguiente tabla.
Por lo tanto, el déficit extrapolable a final de año se situaría en el entorno del 12,4% del PIB.
Pero, además de todo esto, surgen serias dudas sobre la contabilización del IVA en la Agencia Tributaria. Así, examinando el último informe publicado, en la página II-5, el incremento en la recaudación por IVA se debe en su gran mayoría a las menores devoluciones efectuadas este año respecto al pasado.
Como podemos ver, han pasado de 26.596 millones a 16.556, es decir, un descenso del 37,8%. El IVA bruto sólo ha aumentado el 5,4%, lo que resulta coherente con el escaso incremento observado en la actividad económica en la primera mitad del año.
Sin embargo, la evolución de las devoluciones hace pensar en la posibilidad de que por alguna razón la contabilización de éstas pueda estar retrasándose, ya que la enorme reducción no parece muy compatible con el estancamiento económico que se observa.