LD (Europa Press) La Asociación Hipotecaria Española ha dado a conocer los datos recogidos por esta institución y referidos al esfuerzo que tiene que hacer una familia para adquirir una vivienda. Hoy, el esfuerzo que tiene que hacer una familia española es casi un 22 por ciento mayor sobre lo que era necesario en 1990. Concretamente, tomando como base 100 el esfuerzo necesario para financiar una vivienda en propiedad en 1990, este indicador alcanzó un valor de 121,65 en marzo de este año.
Ello se produce "a pesar del esfuerzo continuo de la oferta crediticia desde finales de 2001 para mantener el precio del dinero en niveles inferiores al 40 por ciento sobre el valor correspondiente a 1990". Lo que la AHE llama "precio del dinero hipotecario" se refiere a la evolución que en el tiempo ha tenido la cuota mensual de amortización de una cantidad fija" (como, por ejemplo, 10.000 euros). La caída de los tipos de interés desde los de 1990 ha permitido que este "precio del dinero hipotecario" fuera en marzo de 34,89 sobre la base de aquel año.
Pero, según aclara la AHE, "el continuado incremento de los precios de la vivienda finalmente ha presionado al alza el umbral de acceso a la vivienda (348,64 sobre el valor de referencia), que ya supera los valores registrados al inicio del período de análisis". Es decir, que el notable aumento del precio de la vivienda ha más que compensado la rebaja en el coste de pagar una hipoteca. Es así como ahora el esfuerzo para adquirir una hipoteca es un 21,65 por ciento superior al de 1990.
Riesgo para "los más débiles"
Por otro lado, desde la AHE se apunta que esta situación responde también a la "inexistencia" de préstamos hipotecarios a tipo fijo o mixto en el mercado español. Así, indica que, en esta situación, el alza de los tipos de interés desde el año 2005, que ha elevado el precio del dinero hasta el 3,75 por ciento, y que, previsiblemente, "continuará durante los próximos meses", supone un "handicap adicional, especialmente entre los más débiles".
Por otro lado, la asociación confía en que si continúa el proceso iniciado de desaceleración de los precios de la vivienda y se mantienen el actual ritmo de crecimiento económico y del empleo, "el incremento del esfuerzo en términos reales podría estabilizarse durante los próximos meses".