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El Tesoro paga más por la deuda a corto plazo y no coloca el máximo previsto

El Tesoro adjudicó este martes 2.979,58 millones de euros en letras a tres y seis meses, por debajo del objetivo máximo de la emisión, que era de 3.500 millones de euros, y con una rentabilidad superior a la de la anterior puja de estas denominaciones.

En la anterior subasta de letras a tres y seis meses, celebrada el pasado 24 de agosto, el Tesoro adjudicó 4.009 millones de euros en letras a tres y seis meses con una rebaja de la rentabilidad, al pasar del 0,699% al 0,648% en el primer caso y del 1,7% al 1,06% en el segundo.

Según los datos el Banco de España, en la puja que ha tenido lugar hoy el Estado ha colocado 1.174,29 millones en letras a tres meses de los 3.516 solicitados por las entidades con un interés marginal del 0,708%, frente al 0,648% de la subasta anterior, y 1.805,29 millones en letras a seis meses, de los 3.632 millones demandados, con un rendimiento del 1,218%, superior al 1,06% previo.

De las cuatro subasta celebradas en septiembre, la de hoy es la segunda en la que el Tesoro se ve obligado a subir el rendimiento de la deuda emitida, lo que ya ocurrió el pasado día 21 con la puja de letras a doce y dieciocho meses.

Ese día adjudicó 5.279 millones de euros en letras a un año y 1.757 millones en letras a un año y medio, con un interés del 1,938% -frente al 1,899% anterior- para las letras a doce meses y del 2,190% para las de 18 meses, por encima del 2,15% de agosto.

Después de que en abril la agencia de calificación crediticia Standard and Poor's bajara la calificación de la deuda a largo plazo de España hasta el nivel "AA", la deuda soberana española comenzó a ser objeto de la desconfianza sobre la evolución de la economía española a corto y medio plazo.

Posteriormente, a finales de mayo la agencia de medición de riesgos Fitch rebajó también la calificación de la deuda española, con lo que el Tesoro se encontró con dificultades crecientes para colocar sus emisiones.

Sin embargo, en la segunda quincena de julio, la publicación de los test de resistencia a los que se sometieron las entidades financieras españolas insufló a los mercados la confianza perdida y, en todas las subastas celebradas desde entonces, tanto de bonos, letras y obligaciones, el interés comenzó a menguar.

Así ha sido hasta la semana pasada, y aunque los analistas consultados señalan que la deuda española ha abandonado "el furgón de cola", aún no se ha disipado del todo el riesgo de una crisis de deuda soberana en los países periféricos, sobre todo en Irlanda.

La fuerte demanda de deuda española manifestada por las entidades que han acudido a la puja -ha superado los 7.100 millones de euros- no ha tenido un efecto en la prima de riesgo país, que se calcula mediante el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo.

Este diferencial se situaba en la apertura del mercado de deuda en 188 puntos, que se elevaban hasta 191 poco después de la subasta, un nivel muy alto comparado con la tasa de hace un año, cuando era de unos 50 puntos básicos.

Por lo que respecta a los seguros de impago de deuda (credit default swap o CDS) de España, pasaban de 228.000 dólares para cubrir la posibilidad de impago de 10 millones de dólares en bonos españoles a 10 años de la apertura a 237.000 a esta hora.

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