La tarifa eléctrica tiene dos partes: una regulada (los peajes, que marca el Gobierno) y otra no regulada (el llamado término energético, que deciden los mercados internacionales en función de la evolución del petróleo).
En este sentido, el crudo ha subido en torno a un 40%, con el consiguiente impacto que esto ha tenido sobre todos los costes energéticos, sobre todo para los países más dependientes del petróleo, como España. Industria reconoce la dificultad de esquivar la subida de los precios internacionales de la energía. La intención del Ejecutivo es no tocar los peajes en enero, de tal modo que la subida será la que corresponda al término energético (es decir, al precio de la electricidad, fijado en la subasta Cesur).
Se decidirá la cuantía concreta en una reunión de la comisión delegada, cuando se valoren todos los términos, incluyendo la evolución de los costes esperados por el real decreto del carbón, que entrarían en funcionamiento en breve.