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El Gobierno magnifica el valor económico real de la cultura española

El peso de la industria cultural en el PIB español se aproximó al 3 por ciento en 2004, según el Gobierno, por encima incluso del mercado energético (2,5). Sin embargo, un análisis más profundo de los datos muestra que, en realidad, el valor económico de la cultura nacional apenas supera el 2,5 por ciento del PIB en 2005. Inferior, pues, a la aportación que realiza la agricultura, la ganadería y la pesca (2,8 por ciento).

El peso de la industria cultural en el PIB español se aproximó al 3 por ciento en 2004, según el Gobierno, por encima incluso del mercado energético (2,5). Sin embargo, un análisis más profundo de los datos muestra que, en realidad, el valor económico de la cultura nacional apenas supera el 2,5 por ciento del PIB en 2005. Inferior, pues, a la aportación que realiza la agricultura, la ganadería y la pesca (2,8 por ciento).
LD (M. Llamas) En marzo del pasado año, la entonces ministra de Cultura, Carmen Calvo, presentó el estudio El valor económico de la cultura en España. Un amplio informe, cuyo objetivo consistía en tratar de cuantificar la aportación de la industria cultural española al conjunto de la economía del país. El informe en cuestión afirmaba que el peso económico del sector se aproximaba al 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2004, superando al mercado de la energía (2,5).
 
Calvo lució entonces tal resultado como una prueba ineludible del valor e importancia de la cultura para el crecimiento económico del país. Además, Calvo, junto al Gobierno en su conjunto, esgrimieron dicho dato ante la opinión pública como argumento irrefutable para justificar la protección pública privilegiada que ostenta el sector cultural español.
 
Sin embargo, una lectura más profunda sobre los agregados que incluye el Gobierno bajo la etiqueta “cultura” arroja un resultado inferior al difundido por la entonces ministra del ramo. Así, según un reciente y detallado estudio del Ministerio de Cultura, el sector generó un volumen de negocio próximo a los 37.500 millones de euros en 2005. Una magnitud que, medida en términos de PIB, supondría entonces casi el 4,1 por ciento de la riqueza nacional.
 
Pese a ello, el Gobierno contabiliza ciertos componentes en este ámbito que difícilmente pueden ser interpretados como elementos culturales en sentido estricto. Así, de esos casi 37.500 millones de euros, cerca de 14.000 millones están vinculados a los medios de comunicación y a la compraventa de productos tecnológicos.
 
El Ministerio, dirigido desde el pasado mes de julio por César Antonio Molina, incluye bajo el apartado “cultura”, los siguientes epígrafes:
 
- Edición: Incluye el volumen de negocio generado por los medios de comunicación escritos (prensa y revistas), que alcanzó los 3.955 millones de euros en 2005, según un estudio de la consultora DBK.
 
- Aparatos de recepción, grabación y reproducción de sonido e imagen: 2.933 millones.
 
- Actividades de radio y televisión (incluida la denominada televisión basura) 7.037 millones.
 
- Actividades de agencias de noticias: 251 millones.
 
De este modo, excluyendo tales partidas, el valor económico del negocio cultural español apenas alcanzó los 23.270 millones de euros en 2005 (último dato oficial disponible). Es decir, próximo al 2,5 por ciento del PIB nacional. Durante ese mismo ejercicio, el peso económico de la agricultura, la pesca y la ganadería en el PIB alcanzó el 2,8 por ciento del total, al igual que la energía. Casi 0,3 puntos más que el mercado cultural español.
 
Además, el conjunto de la Administración Pública (Estado, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos) destinó 5.145 millones de euros al sector cultural en materia de financiación y gasto público. En concreto, la Administración autonómica destinó 1.466 millones de euros a este ámbito en 2006, frente a 784 por parte del Estado y 2.895 millones en el caso de la Administración Local.
 
 
Así, el volumen de negocio neto final del sector (cine, teatros, música, conciertos o bibliotecas, entre otras actividades) podría reducirse hasta los 18.125 millones (casi el 2 por ciento del PIB en 2005).
 
Tal cifra se aproxima a la dimensión que muestran otros parámetros culturales, tales como el empleo (2,7 por ciento de la población activa total en ese año) o el número de empresas cuya principal actividad es la cultura (2 por ciento del total de compañías).
 
Creciente déficit comercial
 
El mismo informe indica que el gasto medio por persona en productos culturales se situó en 242,7 euros durante 2006. El consumo total de los hogares alcanzó los 10.460 millones de euros. Pese a ello, casi el 40 por ciento del gasto se concentró en la compra de “equipos y accesorios audiovisuales de tratamiento de la información” (3.441 millones), “soporte para el registro de imagen, sonido y datos” (665), así como “reparaciones de accesorios audiovisuales” (139 millones). De este modo, el gasto medio en productos netamente culturales se vería reducido a unos 144 euros en 2006.
 
Por último, el mercado cultural español presenta una creciente déficit comercial: las importaciones de bienes culturales ascendió a 1.444 millones de euros en 2006, mientras que las exportaciones apenas se situaron en los 976 millones (un diferencial de 468 millones de euros).
 
Entre 2000 y 2006, el sector presenta una evolución muy negativa en este ámbito: las exportaciones han caído un 20,3 por ciento, al tiempo que las importaciones de productos culturales foráneos ha crecido un 46,5 por ciento.
 

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