La aportación de capital por parte de constructoras y entidades financieras privadas se reducirá así hasta el 20%, desde el 30% inicial, dado que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) respaldará hasta un 50% del monto inversor del plan.
En cuanto al ICO, su participación en el Plan no se limitará a su tradicional labor de concesión de financiación a las constructoras que se adjudiquen proyectos, sino que entrará por vez primera como accionista en los mismos.
El instituto canalizará esta participación de forma indirecta, a través del nuevo Fondo de Inversión en Infraestructuras de 1.000 millones de euros, previsto en la nueva Ley de Economía Sostenible, que prevé lanzar en verano. La entidad financiera pública aportará 500 millones del fondo y captará los 500 millones restantes entre inversores internacionales.
El fondo podrá 'acompañar' a la constructora que logra el proyecto en la aportación de recursos propios que debe realizar (al menos un 20% del presupuesto total de la obra) para después obtener financiación bancaria para costear el resto.
Ello supondrá que el ICO, a través de su fondo, contará con una participación "minoritaria y sin incidencia en la gestión" en el capital de la sociedad concesionaria que constituya la empresa o empresas que se adjudiquen la construcción y explotación del proyecto en cuestión, según explicó la directiva del instituto tras participar en el V Encuentro de Infraestructuras organizado por Deloitte y 'ABC'.
El ministro de Fomento, José Blanco, prevé firmar mañana jueves con el ICO, el BEI, la CECA y la AEB la financiación de su Plan Extraordinario con el que prevé adelantar obras de carreteras y ferrocarriles sin que computen en déficit.
Para ello, el plan contempla que las constructoras, con el respaldo de la banca pública y privada, adelanten la inversión para construir los proyectos y la recuperen cobrando un canon anual a la Administración cuando la infraestructura se ponga en marcha (a partir de 2014).
La banca, pendiente de las autopistas
En cuanto la financiación que debe aportar la banca privada, las entidades financieras vinculan su contribución a financiar infraestructuras a que el Gobierno "mejore las garantías" y solucione los problemas y riesgos de quiebra que actualmente afrontan algunas autopistas por haber asumido los riesgos de expropiación y de la evolución de los tráficos.
"El talante de los bancos dependerá a la solución que se den a las actuales concesiones", indicó el subdirector general del Santander, Mariano Olmeda. "No hay mejor sitio para invertir que las infraestructuras, pero es preciso que la Administración desatasque algunas incertidumbres", apuntó el subdirector general de 'La Caixa', Manuel Menéndez, en las mismas jornadas, patrocinadas por Alstom y OHL.
El subdirector del Santander recomendó además a las grandes constructoras que sigan a OHL y se sometan a la calificación de las agencias de 'rating' para poder emitir bonos y acceder a mercados de capitales.
Las entidades aseguran que actualmente existe liquidez y voluntad de la banca a entrar en proyectos de infraestructuras. "Hay dinero, hay liquidez y ganas de satisfacer la demanda solvente, pero existen cambios de regulación (nueva Ley de Captación de Capitales y los cambios en la normativa de renovables) y determinados riesgos, que hay que cambiar", indicó el directivo de 'La Caixa'. "Además, el tablero de ajedrez de la banca se mueve, y si se mueve para la banca, se mueve para todos", añadió en relación a la reestructuración del sector.