La economía española registró una caída del 0,1% en el conjunto de 2010, aunque logró un avance del 0,2% en el cuarto trimestre en tasa intertrimestral, frente al crecimiento nulo del trimestre anterior, según el avance trimestral de la Contabilidad Nacional publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuyos datos coinciden con los estimados por el Banco de España.
La caída de la economía española en una décima mejora la previsión del Gobierno, que apuntaba inicialmente a un descenso del 0,3% y que posteriormente fue corregida hasta un retroceso del 0,2%. En tasa interanual, el PIB generado por la economía española registró un crecimiento del 0,6% en el cuarto trimestre del pasado año respecto al mismo periodo del ejercicio 2009.
De esta manera, según el INE, la actividad global creció a un ritmo cuatro décimas superior que en el trimestre precedente (+0,2%), hecho que se produce como consecuencia de una mejor contribución tanto de la demanda nacional como del sector exterior.
La tasa interanual del PIB del cuarto trimestre de 2010 supone además la segunda tasa en positivo después de registrar caídas desde el cuatro trimestre de 2008 hasta el primer trimestre de 2010, que oscilaron entre el -1,4% y el -4,4% en el segundo trimestre de 2009. Por su parte, la variación intertrimestral creció dos décimas en en el último trimestre del año pasado, tras estancarse en el tercer trimestre, subir un 0,3% en el segundo y un 0,1% en el primer trimestre del año.
Coincide con el Banco de España
Los datos adelantados este viernes por el INE, que publicará las cifras definitivas el próximo 16 de febrero, coinciden plenamente con los que difundió el pasado viernes el Banco de España, que también contemplaba una caída del 0,1% en 2010 por el efecto del "significativo retroceso" del PIB en 2009 (3,7%).
Según la entidad gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, la economía española inició a lo largo de 2010 una senda de "suave recuperación", sometida a algunas oscilaciones como consecuencia del efecto que algunas medidas de naturaleza transitoria tuvieron sobre el perfil del gasto interno. A su parecer, el "débil avance" de 2010 contrasta con los registros "más elevados" de otros países de la zona euro, lo que pone de manifiesto el "mayor alcance" de la crisis en España y el impacto del proceso de ajuste en el crecimiento. A pesar de la caída del 0,1% del año pasado, el Banco de España estima que la economía volvió a crecer un 0,2% en tasa interanual en el cuarto trimestre del año tras el estancamiento registrado entre julio y septiembre, lo que le permitió crecer a un ritmo del 0,6% en tasa interanual.
De cara al 2011, cree que las perspectivas aún dibujan un horizonte de recuperación "lenta" y "muy dependiente" del sector exterior, condicionada por el ajuste fiscal y el proceso de saneamiento del sector privado. Además, asegura que este escenario está sujeto a una "gran incertidumbre" y a los riesgos asociados a las tensiones en los mercados de deuda soberana, que si se prolongan, podrían propiciar un endurecimiento adicional de las condiciones de financiación y un deterioro de la confianza de los agentes.
En 2010, la demanda nacional cayó un 1,2% frente al descenso del 6% registrado en 2009 gracias al comportamiento "más favorable" del consumo de los hogares y de la inversión empresarial, que registraron tasas positivas de crecimiento. La demanda exterior neta, por su parte, mitigó el impacto de la contracción del gasto interno sobre la actividad, con una contribución positiva de 1 punto porcentual, inferior a la del año precedente, que fue de 2,7 puntos.
El consumo creció un 1,2% en 2010 frente al descenso del 4,2% del 2009 en un entorno de disminución de la renta disponible de las familias y de pérdida de poder adquisitivo por el aumento de la inflación. Por su parte, la riqueza también disminuyó, aunque con menor intensidad que en 2009, lo que hizo que la tasa de ahorro de los hogares cayera con intensidad a lo largo de 2010, hasta el 14,4% de la renta disponible.
La inversión residencial suavizó su tasa de descenso, hasta cerca del 18% frente al máximo del 45% alcanzado en el año 2007, lo que resulta compatible con cierta estabilización del stock de viviendas sin vender en 2010. En este entorno, la deuda de los hogares tendió a desacelerarse en los últimos meses, lo que permite apuntar a una estabilización de la ratio de endeudamiento en el cuarto trimestre en niveles similares a los dos últimos años.