Menú
I+D+i CON CARGO A LOS PRESUPUESTOS

El plan estrella del Gobierno crea un empleo por cada 100.000 euros

El plan estrella del Ministerio de Ciencia ha costado a los contribuyentes españoles 100.000 euros por empleo creado. El sector privado no cree al presidente cuando habla del "cambio de modelo productivo". Quizá las trabas a las empresas, la burocracia o la legislación laboral tengan algo que ver.

El plan estrella del Ministerio de Ciencia ha costado a los contribuyentes españoles 100.000 euros por empleo creado. El sector privado no cree al presidente cuando habla del "cambio de modelo productivo". Quizá las trabas a las empresas, la burocracia o la legislación laboral tengan algo que ver.

Este viernes, el Consejo de Ministros ha estado centrado en uno de los ministerios que menos visibilidad tienen en los medios habitualmente, el de Ciencia. Cristina Garmendia ha presentado al resto del gabinete los resultados del Plan Ingenio 2010 y de la V Encuesta Nacional de Percepción de la Ciencia; además, se ha aprobado la Estrategia Estatal de Innovación e2i.

Desde que llegó al Gobierno Rodríguez Zapatero, las referencias al "cambio de modelo productivo" y a la importancia de la "I+D+i" (Investigación, Desarrollo e innovación) han sido constantes. Por eso creó un ministerio específico de la materia y puso al frente a Cristina Garmendia, una exitosa empresaria vasca (uno de los pocos altos cargos socialistas con una provechosa carrera en el sector privado).

Sin embargo, las cifras presentadas esta mañana por Garmendia no muestran que este entusiasmo del Ejecutivo se materialice en una mejora sustancial de la posición española en este campo. De hecho, sólo indican que la estrategia en ciencia y tecnología de Rodríguez Zapatero se basa en más gasto público que en la eliminación de trabas burocráticas que permitan desarrollarse al sector privado.

3.000 millones – 29.700 empleos

Según los datos del departamento de Garmendia, el Plan Ingenio 2010 ha tenido "una inversión de 3.022 millones de euros" y ha generado 29.700 empleos directos. Es decir, que los contribuyentes españoles han subvencionado con 101.750 euros cada empleo generado (sale a 31.579 euros, una cantidad bastante elevada, si también se tienen en cuenta los empleos indirectos, 48.600, y los inducidos, 16.700).

Es cierto que en el informe también se incluyen algunos datos que muestran una ligera tendencia al alza de la I+D+i en el sector productivo español. Así, de representar el 1,06% del PIB en 2004 ha pasado al 1,35% en 2008. El problema es que el sector público sigue siendo el gran impulsor de este tipo de políticas: sólo el 55% del gasto español en este segmento viene del sector privado, un porcentaje mucho más bajo que el de casi todos los países de su entorno. Y ese peso del sector privado no ha cambiado desde que Zapatero llegó a La Moncloa.

Pero la rueda de prensa de Garmendia no se ha quedado en el Plan Ingenio, también ha presentado el nuevo acuerdo sobre la Estrategia Estatal de Innovación (e2i) que anticipa un proyecto de 1.262 millones de euros para la adquisición preferente de bienes y servicios innovadores. Según esto, en las compras de la administración se dará prioridad a las "empresas que hagan las propuestas más innovadoras". En resumen, otro paso burocrático para las compañías que quieran contratar con la administración. A partir de ahora, no sólo tendrán que demostrar que cumplen con todos y cada uno de los innumerables requisitos legales obligatorios, sino también tendrán que demostrar que son las que "más innovan" (y eso sin contar el grado de discrecionalidad que introduce en la concesión de contratos públicos).

La comparación

El Gobierno está muy orgulloso de que España sea el "2º país europeo en inversión pública en I+D TIC, en niveles similares a EEUU". De hecho, en la tabla inferior puede verse que la financiación pública total española en I+D (en todos los sectores) es similar a la de otros países de su entorno. En realidad, no hay demasiadas diferencias entre los 30 estados de la OCDE. Salvo algún caso aislado, como Eslovaquia o Luxemburgo, todos los demás gobiernos dedican entre un 0,7 y un 1% de su PIB a estos menesteres.

Pero donde la brecha se agranda es en el sector privado. Por muchos planes, subvenciones o estrategias que se lancen desde todas las administraciones (y a un coste elevado, como veíamos arriba), las empresas españolas no acaban de destinar el mismo porcentaje de sus recursos a la I+D+i que sus competidoras europeas. De esta manera, en España el sector privado dedica a esta cuestión una cantidad equivalente al 0,74% del PIB (último dato de 2008). Mientras, las empresas de países como Suecia, Finlandia o EEUU se acercan o superan el 3% y en nuestros principales competidores (Francia, Alemania o Reino Unido) están cerca del 2%.

Peso del sector privado en I+D+i en % del PIB

Y el Ejecutivo no parece comprender que quizás la solución no esté en nuevos "programas de impulso" sino en un abaratamiento de los costes de creación de un negocio, en agilizar las trabas burocráticas o en facilitar la movilidad de los trabajadores.

¿Los motivos?

Cualquiera puede entender que una empresa innovadora necesita un clima en el que desarrollar su negocio. Y, aunque a los políticos de todos los partidos pueda parecerle increíble, no son las subvenciones, ni las ayudas las que más fomentan esta dinámica, sino un marco legal estable y flexible, que permita el cambio, que facilite la creación de empresas y que dé oportunidades a aquellos que sólo tengan una buena idea.

España no está en los puestos cabeceros de ninguna de las clasificaciones que miden estos aspectos. Así, el Doing Business, publicado por el Banco Mundial, muestra que abrir una empresa en España es más difícil que en Zimbabue y Venezuela. Crear una empresa en España supone 10 procedimientos administrativos, una media de 47 días y un coste del 15% de los ingresos per cápita y un capital mínimo del 12,8% de los ingresos per cápita. En definitiva, toda una tortura administrativa para los emprendedores.

Algo de esto quizás haya influido en que la competividad de la economía española haya caído 19 puestos desde que Zapatero llegó al poder. Un desplome en el que tiene una gran importancia "la alta inflexibilidad del mercado laboral", justo una de las peores trabas que se le pueden poner a un empresa innovadora (dificultades para contratar, para ajustar su plantilla a sus necesidades, para tener empleos a tiempo parcial, diferenciar en sueldos en función de la productividad,...)

No es casualidad, por lo tanto, que España también caiga en los índices de libertad económica, siendo especialmente castigada en las categorías que miden la "burocracia", "la estructura legal y el respeto a los derechos de propiedad" y la regulación "del mercado laboral y mercantil". Todo un resumen de espanta-emprendedores.

En Libre Mercado

    0
    comentarios
    Acceda a los 8 comentarios guardados