L D (EFE) Estos resultados, explicó el banco, se deben tanto al tirón de la inversión crediticia, que creció el 23,5 por ciento, como al éxito de su estrategia, basada en la fuerte expansión en el negocio con empresas, especialmente con pymes.
Los activos totales del banco se elevaron al finalizar el periodo enero-septiembre a 74.092 millones de euros, un incremento del 20 por ciento en comparación con los 61.372 millones de euros que gestionaba el banco en el mismo periodo de 2003.
Además, el Popular continúa "poniendo las bases para la ampliación de su negocio en años venideros" mediante el fortalecimiento de su base de clientes, la apertura de sucursales y el desarrollo de nuevas líneas de negocio para particulares. El aumento del volumen de negocio de la entidad se reflejó en incrementos en todos los márgenes, empezando por el de intermediación -diferencia entre ingresos por créditos y gastos por depósitos-, que creció el 8,5 por ciento, hasta 1.448 millones de euros.
Un aumento aún mayor, del 9,4 por ciento, hasta 1.971 millones de euros, experimentó el margen ordinario -que añade comisiones y operaciones financieras- debido al dinamismo de los productos de servicios, que crecieron algo más del 10 por ciento, y al fuerte incremento de las comisiones, especialmente por gestión de fondos de inversión, que se elevaron un 20 por ciento. También contribuyó a esta partida la venta de la participación que tenía el Popular en Metrovacesa, y que le aportó 13,7 millones de euros, añade la nota.
En cuanto a los gastos, la expansión que está realizando el Popular, con aperturas de nuevas oficinas y otros gastos relacionados, elevó los costes operativos un 3,8 por ciento, excluido el efecto de la contribución del portugués BNC, adquirido en 2003. El incremento de los gastos no fue un obstáculo para la mejora del ratio de eficiencia -el porcentaje de ingresos ordinarios que absorben los costes-, que pasó al 33,9 por ciento, el 0,6 por ciento menos que en el mismo periodo de 2003. Todas estas cifras condujeron a un margen de explotación -encargado de medir el negocio típico bancario- de 1.214 millones de euros, casi un 10 por ciento por encima del registrado a finales de septiembre del año pasado.
La rentabilidad sobre recursos propios (ROE) creció a cierre de septiembre hasta el 23,94 por ciento, una aceleración que se hizo notar especialmente durante el tercer trimestre del año, cuando alcanzó una media del 26,58 por ciento, explicó el banco. El fuerte crecimiento de la actividad y la alta rentabilidad conseguida por el Popular en estos nueve meses se han debido, en parte, al tirón del crédito, que creció el 23,5 por ciento, hasta los 51.601 millones de euros, especialmente el concedido al sector residente, que suele incluir las hipotecas.
Este aumento del negocio crediticio no ha mermado la calidad de la cartera, puesto que la morosidad se ha situado en mínimos históricos, el 0,68 por ciento, excluido el efecto BNC, y las provisiones cubren las posibles insolvencias en un contundente 247 por ciento. Sin embargo, no sólo han sido las hipotecas las que han tirado del negocio en este periodo, sino que los créditos y préstamos no hipotecarios también han crecido mucho, el 20,1 por ciento, lo que, según la entidad, puede asegurar que el grupo mantendrá su solidez actual "cuando se manifieste la desaceleración del crédito hipotecario en España".
El beneficio antes de impuestos, resultado de todas estas cifras, se elevó a 974,8 millones de euros, un incremento interanual del 9,4 por ciento. En cuanto al balance, los activos totales del banco se elevaron al finalizar el periodo enero-septiembre a 74.092 millones de euros, un incremento del 20 por ciento en comparación con los 61.372 millones de euros que gestionaba el banco en el mismo periodo de 2003. Esta cifra incluye los activos en balance, que se elevaron a 60.312 millones de euros, un 21,2 por ciento más que en septiembre del año pasado, y los activos financieros gestionados fuera de balance, que crecieron 18,8 por ciento, hasta alcanzar un importe de 13.781 millones de euros.