LD (Agencias) Saénz de Santamaría compareció este miércoles junto con el portavoz del PP en la Comisión de Economía del Congreso, Cristóbal Montoro, tras la reunión de la Comisión de seguimiento de la crisis económica que ha presidido el dirigente del partido, Mariano Rajoy.
El Comité de Seguimiento de la crisis económica está integrado por la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal; los tres vicesecretarios generales, Ana Mato, Esteban González Pons y Javier Arenas; el coordinador del área económica, Cristóbal Montoro; los portavoces en el Congreso y el Senado, Soraya Sáenz de Santamaría y Pío García-Escudero; y los portavoces del área económica en ambas Cámaras.
Tanto Sáenz de Santamaría como Montoro coincidieron en señalar que el dato facilitado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) -que sitúa el crecimiento de la economía española del segundo trimestre de 2008 en el 1,8 por ciento interanual- refleja una "caída muy negativa" del PIB, que revela que la economía está "en un cuadro recesivo".
Pero si se atiende a las cifras intertrimestrales la situación es aún más peligrosa. La eocnomía sólo creció un 0,1 por ciento hasta junio, la tasa más baja desde 1993.
Según Montoro, el sector de la industria está "soportando la recesión económica", más que la construcción, y "esto hace presagiar que la crisis puede ser muy larga". Para los dirigentes del PP el balance de la situación económica este verano es de estancamiento, paro, déficit e inflación.
Las Cámaras piden medidas para elevar la competitividad
Por su parte, el Servicio de Estudios del Consejo Superior de Cámaras aseguró hoy que el paulatino debilitamiento económico en España se mantendrá en los próximos trimestres y será más fuerte que en otros países de la Unión Europea (UE), lo que llevará a España a crecer por debajo de la media comunitaria en 2009.
En un comunicado y tras conocer el incremento del PIB en el segundo trimestre, las Cámaras consideraron "esencial" mantener el diferencial positivo de crecimiento para España y mejorar las condiciones de competitividad y el potencial futuro de la economía española.
Para conseguirlo, apostaron por hacer frente "de manera urgente y decidida" a la situación económica actual con diversas medidas que garanticen el suministro de liquidez a las empresas, el correcto funcionamiento del sistema financiero español y eviten la espiral precios-salarios con un pacto de rentas.
Asimismo, se mostraron partidarias de un programa de ajuste del gasto público corriente, de reducir las cotizaciones sociales e impuestos empresariales y de adoptar un plan de ahorro y eficiencia energética, al tiempo que reclamaron una "profunda reforma" del mercado de trabajo para lograr mejoras permanentes y sólidas de la productividad.