(Libertad Digital) Después de una legislatura en la que las medidas para reducir la dependencia energética española han brillado por su ausencia, y justo en un momento en el que el desempleo se configura como uno de los principales problemas de la economía nacional en el corto y medio plazo, el PSOE resta hierro a que una empresa despida casi un tercio de su plantilla para luchar contra la subida de los combustibles.
José Blanco reconoció que existe una gran incertidumbre entre los más de mil empleados de Spanair que perderán sus puestos de trabajo, pero les pidió tranquilidad porque "la actual protección por desempleo es mayor que antes", porque es "fruto de los acuerdos en materia social que se han producido en la pasada legislatura".
Las excusas para no hacer frente a la crisis económica y la negación de la realidad cotidiana son factores que han llegado a su punto de ebullición en el PSOE. Ahora resulta que ser despedido, tener que ir a la oficina del Servicio Público de Empleo (antiguo INEM), y solicitar una prestación económica no es algo que pueda preocupar a los afectados.
Eso, al menos es lo que considera Blanco: como las prestaciones son altas, los parados no tienen de qué preocuparse.
En esta línea de negación de la responsabilidad, el dirigente socialista negó cualquier tipo de solución a la influencia que tiene el incremento del precio del crudo en los bolsillos de los españoles y, como hizo la semana pasada el ex ministro de Trabajo, Jesús Caldera, acusó al Gobierno de Estados Unidos, de la crisis energética y, por lo tanto, de los problemas del sector aéreo.
"Ya nos gustaría tener la capacidad de poder decidir sobre el precio del petróleo", declaró, tras añadir que “la Administración Bush inició una guerra bajo la llamada de que eso iba a contribuir a bajar el precio del petróleo". "No solamente no ha bajado, sino que se ha encarecido y además ha dilapidado todo el capital acumulado y todas las reservas", apuntó.