LD (EFE) El núcleo inmovilista del Partido Liberal Demócrata se reveló el pasado verano contra los planes de reforma del primer ministro Juchiniro Koizumi, y echó abajo su plan de privatización del sistema postal japonés, que es la caja de ahorros con más fondos del mundo, con tres billones de dólares. De este modo, aunque la reforma había pasado de forma ajustada el voto de la Cámara Baja, se vio frenada en la Cámara Alta. El nuevo Parlamento surgido de las elecciones de septiembre, en línea con la expresión popular favorable a las reformas, ha acabado por aprobarlo. Los senadores inmovilistas que se opusieron en verano ya anunciaron que votarían en esta ocasión a favor.
La economía de Japón, que era la que más había crecido del mundo entre los años 1960 y 1990, se detuvo precisamente a partir de ese año y ha estado década y media de crecimiento lento. Está perdiendo la posición de primacía en Asia a favor de China, que crece a ritmos muy vivos. La japonesa es una economía atenazada por unas regulaciones que la OCDE y otros organismos consideran excesivas. La privatización del servicio de correos es un primer paso dentro de un programa de reformas más amplio que tiene como objetivo restaurar el pasado dinamismo de la economía japonesa.