(Libertad Digital) La crisis de solvencia crediticia sigue su curso tras el estallido de las hipotecas subprime el pasado verano. El mercado interbancario sigue seco. Los denominados swap spreads a 5 años, que miden el coste del crédito interbancario, permanecen muy próximos a los 100 puntos básicos, tanto en EEUU como en la zona euro y Gran Bretaña. En los últimos años, dicho índice se situaba en torno a los 40 puntos en el mercado interbancario estadounidense, y alcanzó su techo tras la quiebra de Bear Stearns el pasado mes de marzo (115 puntos).
Es decir, la titulización de préstamos en el mercado de capitales sigue siendo muy costosa. Ante el cierre “indefinido” de esta vía de refinanciación crediticia, tan sólo quedan dos opciones, según Schroders: La acumulación de depósitos, o bien la emisión de deuda senior. El problema, según la firma británica, es que en España y Gran Bretaña, los países de Europa “más afectados” por la crisis, los depósitos no parecen una opción viable al unirse, a la escasez de los mismos, una intensa competencia entre las entidades, advierte. Es decir, el credit crunch golpeará con más dureza a ambos países, tal y como avanzó LD.
Por ello, para Schroders, al estar cerrados los mercados de titulización, la deuda senior sería la principal alternativa de refinanciación para las entidades de crédito. Sin embargo, los inversores también estarían muy atentos a una potencial escalada en la emisión de bonos. Por ello, el parón se ha instaurado en este mercado, puesto que los bancos esperan que los diferenciales bajen para hacer de la emisión de bonos algo rentable. Pero, al mismo tiempo, los inversores saben que los bancos necesitan emitir muchos bonos, así que mantienen los diferenciales altos.
Así, un año después del inicio de la crisis, los bancos europeos y estadounidenses siguen suscitando desconfianza entre los inversores, con lo que las condiciones para los créditos o refinanciaciones para estas entidades se mantienen estrictas, y a gran distancia de los niveles anteriores a la crisis.
Riesgos de “crisis sistémica”
Las medidas tomadas por la Fed, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo (BCE) han estado dirigidas a asegurar la liquidez, por lo que en opinión de Schroders, se podría decir que han sido "exitosas". Las resoluciones adoptadas por el Banco de Inglaterra tras la quiebra del Northern Rock hicieron que se evitasen otros fallos bancarios posteriores. Asimismo, las inyecciones de la Fed han reducido de forma importante los riesgos de un fallo sistémico, según la entidad.
"Por todo esto, nuestra visión es que las acciones de los bancos centrales han reforzado el sistema financiero de tal manera, que han eliminado los riesgos de quiebra de la mayor parte de los bancos europeos y estadounidenses", indica la firma. Sin embargo, ello no evita que los inversores teman nuevas quiebras bancarias a corto plazo.