L D (EFE) El comisario europeo de Agricultura y Pesca, Franz Fischler, ha tenido que admitir, este miércoles, que su reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar conllevará una reestructuración del sector y el cierre de fábricas azucareras. No obstante, el funcionario matizó sus declaraciones e insistió en que su propuesta es "equilibrada" y que supondrá un ahorro estimado de 1.000 millones de euros sólo con la casi total eliminación de las subvenciones a la exportación.
Según lo señala la agencia de noticias Europa Press, Fischler agregó que su iniciativa cuenta con dejar de subvencionar 2 millones de toneladas, con lo que se pasaría de las 2,4 millones de la actualidad a únicamente 0,4 millones de toneladas. "Esta reforma ofrece perspectivas realistas al sector comunitario del azúcar y a los países en vías de desarrollo. Los consumidores de la Unión Europea se beneficiarán de un sistema más orientado hacia el mercado y los países en vías de desarrollo notarán que el sistema genera muchas menos distorsiones comerciales", manifestó en un primer momento.
Fischler criticó a los que defienden el actual sistema, que data de hace cuatro décadas: "hay verdades desagradables que provocan debates artificiales, como que el precio del azúcar en Europa sea tres veces superior al mundial", esgrimió. Asimismo, advirtió de que la actual OCM no asegura el mantenimiento de los puestos de trabajo ya que 17.000 empleos se han perdido en los últimos años en la UE así como cientos de fábricas de azúcar. "Si no hay reforma, se seguirán asignando los recursos de forma errónea. Esta reforma implica una reestructuración ordenada", explicó.
Ante la posibilidad de que países como Portugal, Suecia o Finlandia sean los más afectados por la reforma, en detrimento de los principales productores, Fischler declaró que no negaría que en los lugares menos competitivos habrá ajustes “ni tampoco puedo excluir cierres". En cualquier caso, hizo hincapié en que la medida permitirá una "significativa" reducción del precio del azúcar. Como ejemplo puso una botella de Coca-Cola, en la que los derivados del azúcar suponen el 2% del precio final. Tras la reforma, el precio de la misma sería de un 0,7%.
Ante la asistencia de manifestantes, en su mayoría españoles, delante de la sede de la Comisión Europea para protestar por esta reforma, el responsable austríaco subrayó que "no ignora su preocupación". Sin embargo, señaló que no tiene sentido que "engañen a la gente" y reiteró que si no se inicia la reforma en el plazo previsto, "esto va a empeorar".